CNTR IIT 2025
El PIB creció un 0,7% intertrimestral en el segundo trimestre de 2025, según cifras provisionales, una décima más que en el trimestre anterior, e igual tasa a las registradas en los últimos trimestres de 2024. El resultado ha superado las previsiones, que se situaban en torno al 0,5% (gráfico 1).
La aceleración con respecto al primer trimestre procedió del consumo privado, de la inversión en construcción de viviendas y de la inversión en bienes de equipo. El consumo público registró una leve contracción –por segundo trimestre consecutivo, siempre en tasas intertrimestrales– mientras que la aportación del sector exterior fue negativa, como consecuencia de un crecimiento de las importaciones mayor que las exportaciones. Dentro de estas últimas, la aportación al crecimiento procedente del turismo ha sido mucho más moderada que a lo largo del pasado año.
Puede decirse, por tanto, que el patrón de crecimiento en los dos primeros trimestres de 2025 ha sido diferente al predominante en los años anteriores, con una menor aportación del consumo público –que había ejercido un papel excesivamente protagonista–, y una mayor aportación de la inversión, tanto en vivienda como en bienes de equipo –tras el preocupante estancamiento exhibido durante todo el periodo pospandemia–.
El mantenimiento de la fortaleza del consumo privado, la revitalización de la inversión en vivienda, la ralentización del turismo y la aportación negativa del sector exterior, son todos ellos rasgos esperados, que evolucionan en línea con lo previsto. El freno del consumo público y la reactivación de la inversión en equipo, sin embargo, son elementos más inesperados, o, al menos, sobre los que había una mayor incertidumbre en cuanto a su posible evolución. La recuperación de la inversión en equipo, por otra parte, pone de manifiesto que la incertidumbre internacional derivada de la subida de aranceles y de las negociaciones comerciales no ha tenido gran impacto sobre la economía nacional.
Como elemento negativo, cabe señalar la profundización en la caída de las horas trabajadas por ocupado. Así, el número de personas ocupadas creció un 0,7% en el segundo trimestre, pero el número de horas trabajadas solo lo hizo en un 0,3%. El promedio de horas trabajadas por persona se sitúa ya, de este modo, un 4,1% por debajo del promedio de 2019, lo que mantiene estancada la productividad por ocupado. Este fenómeno, unido al elevado ritmo de crecimiento del salario medio –en la primera mitad de este año creció un 4,3% con respecto al mismo periodo del año pasado–, supone una continuación de la trayectoria alcista de los costes laborales unitarios, que se sitúan un 27% por encima del nivel de 2019 (gráfico 2).