El INE ha confirmado el resultado del avance del crecimiento del PIB en el tercer trimestre publicado hace un mes: un 0,8% intertrimestral, que en términos anualizados equivale a un 3,1%, lo que supone una ligera desaceleración con respecto al resultado del trimestre anterior.
La demanda nacional experimentó una aceleración en su tasa de crecimiento, que procedió del fortalecimiento de la inversión en equipo, mientras que el consumo mantuvo estable su ritmo expansivo (los indicadores del periodo apuntaban a una ralentización de esta variable). La inversión en construcción, por su parte, se ralentizó. Ha sido la reducción de la aportación del sector exterior, que en el segundo trimestre fue positiva y en el tercero nula, lo que explica la moderación del crecimiento del PIB.
Tanto las exportaciones como las importaciones totales registraron un crecimiento prácticamente nulo, si bien, en el caso de solo los bienes, se produjo un crecimiento tanto de las ventas al exterior como de las compras, mayor en el caso de las segundas que de las primeras. En el conjunto de los tres primeros trimestres del año las exportaciones de bienes acumulan un crecimiento importante, el 4,8% interanual, pero las importaciones también se han recuperado del débil ascenso registrado el pasado año, hasta una tasa del 4,2%.
Gráfico 1
Fuente: INE
Por el lado de la oferta, llama la atención la estabilidad en el ritmo de crecimiento de los servicios, cuando los indicadores apuntaban con bastante claridad a una ralentización. La industria manufacturera y la construcción también han sostenido sus tasas de crecimiento, siendo la caída de la industria no manufacturera (extractiva y energía) lo que explica la moderación del crecimiento económico.
Como elemento positivo destaca la fortaleza que conserva la demanda nacional, especialmente la inversión en equipo, mientras que por el lado negativo es significativa la reducción de la aportación del sector exterior al crecimiento.
El empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se desaceleró, hasta un ritmo muy semejante al crecimiento del PIB, de modo que la productividad no ha ascendido en este periodo. No obstante en el conjunto de los tres primeros trimestres del año acumula un modesto crecimiento del 0,3% interanual, en línea con las tasas registradas los años anteriores.
La remuneración por asalariado en los términos de la Contabilidad Nacional experimentó un ascenso nulo en el tercer trimestre, y en el conjunto de los tres primeros trimestres acumula un ligero incremento del 0,1%, aunque con diferencias importantes por sectores: ha crecido más en la industria y los servicios de mercado, y ha descendido en la construcción. Los costes laborales unitarios del conjunto de la economía acumulan un descenso del 0,2% en los tres primeros trimestres, aunque han ascendido en la industria (de mantenerse dicho ascenso tras el cuarto trimestre, sería el primer incremento anual de los CLU en este sector desde 2009).
En conclusión, como elemento positivo destaca la fortaleza que conserva la demanda nacional, especialmente la inversión en equipo, mientras que por el lado negativo, el elemento más significativo, tanto de los resultados del tercer trimestre como del conjunto del año, es la recuperación, al menos en parte, de la elasticidad de las importaciones con respecto a la demanda final (y consecuentemente la reducción de la aportación del sector exterior al crecimiento).