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Política de competencia en el sector farmacéutico Hacia una mayor inversión en innovación y un mejor acceso a los fármacos

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La política de defensa de la competencia ejerce un papel fundamental en el buen funcionamiento de los mercados farmacéuticos. En los últimos años, las autoridades nacionales de competencia y la Comisión Europea han adoptado decisiones de relieve, tanto en relación con infracciones de las leyes en materia de competencia como en el marco del control de fusiones y adquisiciones de empresas farmacéuticas. En el sector farmacéutico, competencia, innovación, acceso a la salud y sostenibilidad del gasto público van de la mano.

Los objetivos de innovación y acceso sostenible no son contradictorios y la política de defensa de la competencia puede contribuir no solo a promover ambos, sino también a hacer que se refuercen mutuamente. La competencia tiene un impacto directo en el acceso a la salud a corto plazo, generando precios más bajos que contribuyen a la sostenibilidad del gasto farmacéutico. Pero tiene también un impacto positivo en el acceso a largo plazo en la medida que genera incentivos a la innovación, contribuyendo así al acceso en el futuro a nuevos fármacos para necesidades terapéuticas hoy insuficientemente satisfechas.

Invertir en innovación es una estrategia a disposición de las empresas para obtener ventajas competitivas respecto a sus competidores, disputarles el mercado y generar rentas. Es una estrategia que además crea externalidades positivas en la medida que el beneficio social de la innovación excede las rentas que la empresa innovadora consigue apropiar en base a sus derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, existen también estrategias que pueden aumentar el beneficio privado de las empresas restringiendo la competencia y generando pérdidas sociales en detrimento del bienestar de los pacientes, de la sostenibilidad de los sistemas nacionales de salud y de la eficiencia económica.

La competencia de genéricos es un elemento esencial en el diseño de los mercados farmacéuticos, que contribuye a la sostenibilidad del gasto farmacéutico reduciendo precios y a la vez genera incentivos a la innovación reforzando la contestabilidad de la demanda tras la expiración de la patente. La competencia de genéricos determina, al menos en cierta medida, el equilibrio entre apropiabilidad de las rentas de innovación y contestabilidad de la demanda, conjuntamente con los derechos de patente y otros factores específicos de cada mercado farmacéutico en particular.

Por ello, las autoridades de competencia han sido especialmente activas en la lucha contra prácticas restrictivas de la competencia de genéricos, entre las que destacan los acuerdos pay-for-delay entre empresas originarias y empresas genéricas. En estos casos, pacientes y sistemas nacionales de salud pagan los costes de unas restricciones a la competencia de genéricos que no son consecuencia de la legítima aplicación de derechos de propiedad intelectual, sino el resultado de acuerdos que extienden ilegítimamente estos derechos. Estrategias como los acuerdos pay-for-delay, que sustituyen la competencia basada en los méritos por acuerdos de reparto de rentas de monopolio, son nocivas para el bienestar social: implican precios más altos, limitan el acceso a la salud y erosionan los incentivos a la innovación que la competencia contribuye a generar.

La Comisión Federal de Comercio (FTC) americana inició ya en 2001 sus primeras acciones legales contra empresas farmacéuticas por haber presuntamente restringido la competencia a través de acuerdos pay-for-delay, siendo desde entonces una prioridad en su agenda. La Comisión Europea ha adoptado en los últimos años tres decisiones sancionadoras contra acuerdos pay-for-delay y al menos otro caso continúa en fase de instrucción. Por su parte, la Agencia de Competencia y Mercados británica, prevé adoptar antes del fin de 2015 su primera decisión sancionadora de un acuerdo de este tipo.

Si bien los acuerdos pay-for-delay no constituyen el único tipo de práctica anticompetitiva investigada por las autoridades de competencia en el sector farmacéutico, han sido el mayor foco de atención tanto en foros académicos como entre los profesionales del derecho y la economía de la competencia.

“La Comisión Europea, la FTC y las autoridades nacionales europeas han identificado el sector farmacéutico como una prioridad en su agenda y han intervenido activamente en el sector en los últimos años en beneficio de los pacientes y los sistemas nacionales de salud”.

El control de fusiones ha tenido también un impacto significativo en los mercados farmacéuticos, dada la gran cantidad de fusiones y adquisiciones farmacéuticas que han tenido lugar a lo largo de la última década. El análisis del impacto de fusiones en la innovación plantea el reto de evaluar no solo su impacto en mercados existentes, sino también cómo la fusión afecta la capacidad innovadora, los incentivos a innovar y, en la medida de lo posible, la competencia en mercados futuros hoy inexistentes. Los resultados del esfuerzo en innovación son siempre en cierta medida inciertos, pero ello no implica que este análisis no sea posible, como demuestra la decisión de la Comisión en el reciente caso Novartis/GSK oncology business.

En resumen, la política de la competencia en el sector farmacéutico puede promover más innovación, contribuir a la sostenibilidad del gasto público en farmacia y mejorar el acceso a la salud. Competencia e innovación son procesos dinámicos inextricablemente vinculados y la política de competencia debe garantizar que la competencia efectiva en todas las fases del proceso de desarrollo del fármaco se traduce en mayor esfuerzo innovador y mejor acceso de los pacientes tanto a los fármacos de hoy como a los nuevos fármacos del futuro. Conscientes de ello, la Comisión Europea, la FTC y las autoridades nacionales europeas han identificado el sector farmacéutico como una prioridad en su agenda y han intervenido activamente en el sector en los últimos años en beneficio de los pacientes y los sistemas nacionales de salud.

Esta entrada es una versión reducida y editada del artículo “Desarrollos recientes en la política de la competencia en el sector farmacéutico: más competencia para una mayor inversión en innovación y para un mejor acceso a los fármacos”, publicado en el número 145 de PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA.

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