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Educación financiera e iniciativa empresarial en España

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La evaluación de la educación financiera ha recibido una considerable aten­ción en los últimos tiempos. Estudios recientes han revelado un nivel de edu­cación financiera básica sorprendentemente bajo entre la población mundial. En el presente trabajo examinamos el nivel de educación financiera a partir de una muestra de emprendedores individuales en España. A dicho efecto, formulamos un nuevo conjunto de preguntas relacionadas con la financiación y el reporting financiero de la empresa.

Los resultados obtenidos muestran que, también en el caso de España, el nivel general de educación financiera básica es bastante bajo, si bien mejora ligeramente respecto a estudios ante­riores. No detectamos diferencias significativas en el nivel de educación finan­ciera entre emprendedores y no emprendedores. Sin embargo, sí constatamos que los emprendedores en serie exitosos comprenden mejor el principio de la diversificación y el peligro potencial de un crecimiento descontrolado.

Los emprendedores españoles tienden a mos­trar una visión más conservadora de la deuda como medio de la empresa para financiarse. Existe también una tendencia generalizada a medir la rentabilidad financiera en términos de caja, aunque dicha tendencia es menos pronun­ciada que la aversión a la deuda. Esto no es del todo sorprendente, dada la importancia de una gestión correcta de la tesorería a corto plazo para la supervivencia de la empresa, sobre todo de las relativamente pequeñas que podrían tener dificul­tades para acceder a financiación a corto plazo de emergencia en caso necesario.

Nuestros datos no nos permiten identificar la causa de esta visión conservadora de la gestión financiera. Más de la mitad de los encuestados dan al menos una respuesta incorrecta a las tres preguntas básicas. Este bajo nivel de educación financiera básica no deja de ser sorprendente y denota una clara carencia de conocimientos bási­cos. También revela que un nivel alto de educa­ción financiera básica no es una condición previa para convertirse en emprendedor. Al interpretar este resultado, no debemos olvidar que desco­nocemos el motivo que llevó a los individuos analizados a crear su propia empresa en lugar de trabajar como asalariados. El por­centaje de emprendedores “por necesidad” ha crecido en España desde 2010 debido a las malas condiciones del mercado laboral. Este fenómeno podría tener incidencia en nuestros resultados sobre el nivel de educación financiera.

«La educación financiera básica y avanzada parece ser mayor entre las empresas con menos de cinco años de vida. Un posible corola­rio de esto es que la economía española atraviesa una etapa de transición. La gestión financiera en las empresas más veteranas tiende a regirse por criterios más tradicionales y conservadores que en las empresas de más reciente creación».

La interpretación de los resultados en las pre­guntas de educación financiera avanzadas es más compleja. Los conceptos financieros subyacentes a estas cinco preguntas son más complejos y, en cierto modo, abiertos a interpretación, pese a nuestros esfuerzos por redactar las preguntas de la forma más clara y diáfana posible. Con todo, nues­tros resultados esbozan una escasa sofisticación en cuanto a las habilidades de gestión financiera de estos emprendedores. La aversión a la deuda como fuente de financiación y la preferencia por el método de caja para calcular la rentabilidad finan­ciera son evidentes. De nuevo, es difícil distinguir claramente la razón que subyace a estas respues­tas. Podría deberse perfectamente al ciclo econó­mico experimentado en los últimos tiempos por estos emprendedores, con una crisis económica generalizada y dificultades para hacer frente a los pagos y el reembolso de la deuda preexistente. Lo que es indudable es la profunda influencia que estas actitudes podrían tener en la capacidad de estas empresas para crecer y ser el motor del crecimiento de la economía española. Se pone de manifiesto la necesidad de iniciativas de educación financiera que puedan ayudar a fra­guar o restaurar una relación más fructífera entre emprendedores y el sector financiero, en concreto el sector bancario, que es el principal proveedor de financiación externa para estas empresas. El reciente debate público también ha aludido con frecuencia a la iniciativa emprendedora como fac­tor clave en la recuperación tras la crisis econó­mica. Las empresas de nueva creación no podrán cumplir este papel a menos que desarrollen un partenariado constructivo con los proveedores externos de recursos ajenos.

Por último, es interesante reflexionar sobre el hecho de que la educación financiera básica y avanzada parece ser mayor entre las empresas con menos de cinco años de vida. Un posible corola­rio de esto es que la economía española atraviesa una etapa de transición. La gestión financiera en las empresas más veteranas tiende a regirse por criterios más tradicionales y conservadores que en las empresas de más reciente creación. Este hecho, de ser cierto, es un signo alentador de cara al futuro, pues si se mantiene esta tendencia, los emprendedores españoles deberían jugar un papel más prominente en la recuperación tras la crisis y contribuir a refundar un sistema económico más moderno.

Esta entrada es una adaptación del artículo «Educación financiera e iniciativa empresarial en España: un estudio exploratorio», publicado en el número 252 de Cuadernos de Información Económica. Puede descargar la publicación completa aquí.

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