El INE publicó la semana pasada un avance de la revisión de la contabilidad nacional que está llevando a cabo para adaptarla al nuevo Sistema Europeo de Cuentas, SEC-2010, que viene a sustituir al SEC-95. A su vez, el SEC-2010 es la versión europea del nuevo Sistema de Cuentas Nacionales 2008 (SCN-2008) adoptado en el seno de las Naciones Unidas para todo el mundo, que vino a sustituir al SCN-1993. Algunos se preguntarán a qué vienen tantos y tan continuos cambios. Desde luego a los analistas económicos no nos gustan mucho, pues suelen llevar aparejadas rupturas con las series históricas que complican los trabajos econométricos. Pero tenemos que aceptar que los fenómenos económicos cambian rápidamente o surgen otros nuevos, y la estadística tiene que adaptarse para recoger tales cambios.
Los cambios metodológicos del SEC-2010 son numerosos, pudiendo destacarse, por lo que afecta al cálculo del PIB, la consideración que se da ahora como formación bruta de capital fijo (FBCF), en vez de consumos intermedios, al gasto en I+D y a las armas y sistemas de apoyo militar usados de forma continua durante más de un año. Al ser este gasto FBCF, pasa a integrar el stock de capital, por lo que aumenta el consumo del mismo (amortización), uno de los componentes del PIB (la B significa precisamente que estamos contabilizando el valor del producto en términos brutos, es decir, incluyendo el valor del capital que vamos consumiendo para producir los bienes finales). También hay cambios en el ámbito de las administraciones públicas y en las cuentas financieras, razón por la cual el Banco de España ha revisado al alza la deuda pública en casi 6.000 millones. Aprovechando los cambios metodológicos, en Europa se ha llevado a cabo también un cambio de año base de la contabilidad, que, entre otras cosas, supone introducir nueva información estadística disponible ahora o mejoras de las existentes. También, a instancias del Tribunal de Cuentas Europeo, se ha obligado a todos los países de la UE a estimar y recoger en el PIB el rendimiento de las actividades ilegales (en España, la prostitución, el tráfico de drogas, el contrabando de tabaco y el juego ilegal), algo que ya contemplaba el SEC-95, pero que pocos países habían llevado a cabo hasta ahora.
Como consecuencia de todos estos cambios, el PIB del año base 2010 es ahora un 3,4% superior al estimado anteriormente (1,080 billones de euros en vez de 1,045). Es decir, ahora somos más ricos, aunque sólo sea a efectos estadísticos, pues en realidad somos igual de ricos o de pobres que antes. Simplemente ha cambiado la forma de medir lo mismo. De estos 3,4 puntos porcentuales de más PIB, a los cambios metodológicos comentados les corresponde 1,55 puntos y a las actividades ilegales, 0,87 puntos, algo similar a lo estimado para otros grandes países de la UE; el resto corre a cargo de los cambios estadísticos, que derivan fundamentalmente de haber tenido en cuenta el Censo de 2011, que nos dijo que en España había más residentes (por tanto, más trabajadores produciendo y más personas consumiendo) que los estimados hasta entonces.
Pero, tan importante o más que esta revisión al alza del PIB es que el INE, el revisar los datos de los años posteriores a 2010 nos dice ahora que la pérdida de renta en los últimos años ha sido mayor de la estimada anteriormente. No sabemos si esto fue así también antes de ese año porque aún no se han publicados los datos. En 2011 el PIB real cae ahora un 0,6% en vez de aumentar un 0,1% y en 2012 cae un 2,1% en vez de un 1,6%; en 2013 la caída es la misma, un 1,2%. Es decir, ahora somos más ricos, pero desde 2010 nos hemos empobrecido más de lo que pensábamos. Esto es totalmente coherente con lo que nos dicen los indicadores que manejamos los analistas. Especialmente importante ha sido la revisión a la baja del sector de la construcción.
Una de las consecuencias de ser “más ricos” es que los gobiernos pueden ahora gastar más dinero sin incumplir los objetivos de déficit público, ya que éste, como porcentaje del PIB, disminuye. Estamos hablando de unos 2.000 millones, que a muchos les van a venir muy bien para cuadrar las cuentas de este año y, sobre todo, los presupuestos del próximo, que, no olvidemos, es un año electoral.
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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).