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Sector público y deporte profesional

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Las relaciones entre el sector público y el deporte profesional han sido tradicionalmente fuente de controversia, centrándose gran parte del debate en la racionalidad de las ayudas públicas tanto desde el punto de vista de la eficiencia como de la equidad.

Una de las razones que teóricamente justifican la intervención pública en el sector del deporte profesional son los fallos de mercado vinculados a los efectos externos y los bienes públicos generados por el mismo, bien sea la existencia de un equipo profesional en una ciudad, la construcción de instalaciones deportivas destinadas al uso profesional o la organización de un gran evento deportivo.

Si bien un equipo puede considerarse como una empresa cuyo output es el espectáculo que proporciona un partido, ello no es óbice para reconocer que aquél no solo ofrece un entretenimiento del que disfrutan quienes pagan por el mismo (bien privado), sino que, asociados al citado espectáculo deportivo, se generan una serie de subproductos con claros efectos externos positivos sobre el bienestar de los residentes en la ciudad anfitriona del equipo. En la medida en que el consumo de dichos subproductos está disponible para todos los miembros de una comunidad (no solo para los aficionados que asisten al estadio) sin que deban pagar precio alguno para beneficiarse de ellos, nos encontramos claramente ante un tipo de bienes calificables como públicos, dado que en dicho consumo no existe ni rivalidad ni posibilidad de exclusión.

«La cuantificación monetaria de los efectos externos positivos del deporte profesional es inexcusable si se pretende evaluar con rigor la racionalidad del apoyo al mismo mediante la utilización de fondos públicos».

Las características de bien público que concurren en el deporte pueden medirse mediante ciertas cuestiones sobre comportamiento y actitudes: el seguimiento de los partidos retransmitidos por radio y televisión en abierto, la presencia de este deporte en las conversaciones cotidianas, la lectura de artículos de prensa sobre un equipo, la implicación emocional (interés) con el club por el que el aficionado siente simpatía, las consecuencias de las victorias y derrotas sobre el estado de ánimo, la participación en celebraciones colectivas, los efectos sobre la imagen y el prestigio de la ciudad, la autoestima colectiva, la percepción sobre cómo afecta a la calidad de vida, etcétera.

La cuantificación monetaria de estos efectos externos positivos es inexcusable si se pretende evaluar con rigor la racionalidad del apoyo al deporte profesional mediante la utilización de fondos públicos. De hecho, si el montante de estos beneficios para una determinada comunidad se aproxima o excede el valor de las ayudas públicas, dichas ayudas tendrían cierta justificación atendiendo a criterios de eficiencia, siempre que estas sean necesarias para asegurar la viabilidad y supervivencia del equipo profesional.

Por esta razón, resulta de interés comprobar el grado en el que los residentes en un determinado entorno urbano consumen los bienes públicos generados por un equipo y como estos, a su vez, pueden influir en el bienestar tanto de los aficionados como del resto de residentes. Con el objeto de arrojar alguna luz sobre estas cuestiones, hemos realizado una revisión de la literatura académica en la que se abordan los efectos externos y los bienes públicos asociados al deporte profesional, los desafíos metodológicos que plantea la cuantificación de estos beneficios intangibles y su relación con una serie de indicadores de bienestar para un contexto específico de deporte (fútbol)-país (España)-ciudad (A Coruña) y equipo (RCD de La Coruña).

Los resultados obtenidos en el presente trabajo para el caso concreto del Deportivo, permiten constatar que tanto los residentes en A Coruña como los del área metropolitana consumen en gran medida los bienes públicos generados por este equipo. En concreto, valoran positivamente su contribución al estímulo del orgullo ciudadano, a la mejora de la imagen externa de la ciudad y de calidad de vida, además de ser un tema recurrente de conversación y objeto de lectura en la prensa. Asimismo, se constata una elevada participación activa en las celebraciones por los éxitos deportivos y que una proporción importante de la población vive intensamente la marcha del equipo. Por otra parte, la evidencia obtenida sugiere la existencia de una relación positiva entre el consumo de bienes públicos asociados a un equipo profesional y los indicadores de felicidad, calidad de vida y orgullo cívico. Esta conclusión es consistente con la hipótesis de que la presencia de un equipo profesional en un determinado entorno urbano genera beneficios intangibles relevantes para el bienestar de la población de referencia que los gestores públicos deben tomar en consideración a la hora de tomar decisiones.

En lo que se refiere a los aspectos redistributivos inherentes a la concesión de ayudas públicas al deporte profesional, la evidencia disponible y la obtenida a partir de los resultados de este trabajo no permiten justificar las mismas atendiendo a criterios de equidad si bien, en última instancia, la incidencia redistributiva de las ayudas depende de si los impuestos que financian dichas ayudas son progresivos o regresivos

Más información en el artículo “Sector público y deporte profesional”, publicado en el número 159 de Papeles de Economía Española

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