El número de afiliados a la Seguridad Social fue de 19.473.724 en agosto, cifra que supera en 223.000 la de febrero de 2020, es decir, la anterior a la pandemia. No obstante, esta comparación de cifras brutas entre meses diferentes ofrece una imagen engañosa, debido al efecto de la estacionalidad. Así, febrero es uno de los meses del año en los que, por motivos estacionales, el nivel de empleo es más bajo, mientras que agosto es uno de los meses con el nivel más elevado. Es decir, estamos comparando un mes estacionalmente muy bueno con un mes estacionalmente muy malo. Para saber cuál era realmente la situación del empleo en agosto de 2021 en comparación con febrero de 2020 tenemos que eliminar el componente estacional de las cifras. Una vez realizado dicho proceso de desestacionalización, tenemos que el número de afiliados el pasado mes de agosto era inferior en unos pocos miles al anterior a la pandemia. Es decir, en agosto prácticamente se había recuperado el nivel de empleo anterior al Covid-19.
No obstante, esta afirmación debe ser matizada por dos circunstancias importantes. En primer lugar, esa recuperación en el nivel total de afiliación debe mucho al incremento del empleo público, que a lo largo de dicho periodo ha aumentado en unos 180.000. Si atendemos únicamente al empleo privado, este se mantiene por debajo del nivel previo a la crisis, siempre en términos corregidos de estacionalidad, en unos 188.000 afiliados.
Por otra parte, del total de afiliados al final de agosto aún permanecían en ERTE 272.000, y había 222.000 autónomos con prestación, es decir, casi 500.000 afiliados tenían un nivel de actividad nulo o reducido. De modo que el nivel de empleo efectivo privado todavía se encuentra lejos de recuperar los niveles prepandemia (gráfico 1).
Gráfico 1
Fuente: Funcas a partir de datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Podemos hacer el mismo análisis para las comunidades autónomas. Como se puede observar en el gráfico 2, en agosto todas las comunidades autónomas, salvo Canarias, Madrid y País Vasco, habían recuperado, y superado, el número de afiliados de febrero de 2020. Pero en términos de afiliados en el sector privado, y con cifras desestacionalizadas, solo hay cuatro territorios que superan el nivel prepandemia: Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia y la ciudad autónoma de Ceuta. Se trata de territorios que desde el principio de la crisis se identificaron como menos vulnerables a la misma debido a su estructura sectorial, menos orientada a los sectores más expuestos a la pandemia. Asimismo, en la Comunidad Valenciana el número de afiliados privados de agosto estaba en el nivel de febrero de 2020, mientras que Andalucía, Navarra y Madrid eran las regiones que, encontrándose por debajo del nivel precrisis, más cerca estaban de recuperarlo. En el sentido opuesto, las regiones que más lejos se hallaban de recuperar el número de afiliados privados previo a la pandemia eran Baleares y Canarias.
Gráfico 2
Fuente: Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y Funcas.
Cabe destacar el caso de Baleares, que en términos de afiliados totales en cifras originales es la comunidad que con mayor holgura superaba en agosto el nivel de empleo precrisis, y, sin embargo, en términos de empleo privado desestacionalizado, es junto con Canarias la que se encuentra en peor posición. Esto no se debe a que tenga una elevada proporción de empleados públicos, sino a que es la región donde mayor es la diferencia habitual entre el nivel de empleo en agosto y el nivel de empleo en febrero, debido a una estacionalidad mucho más acusada que en el resto de regiones. Este caso extremo pone de manifiesto la importancia de desestacionalizar las series para realizar comparaciones entre meses diferentes, si no queremos llegar a resultados engañosos.
Gráfico 3
Fuente: Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y Funcas.
Finalmente, el gráfico 3 representa el número de afiliados en ERTE y autónomos con prestación extraordinaria, es decir, el número de afiliados con un nivel de actividad nulo o reducido, en cada comunidad, en porcentaje del empleo total. Si al número de afiliados privados le restamos esta última cifra, tenemos que el empleo privado efectivo (desestacionalizado) está aún por debajo del previo a la pandemia en todas las comunidades autónomas, siendo nuevamente Baleares y Canarias las que se encuentran en peor posición, frente a Castilla-La Mancha y Murcia, que son las mejor situadas, junto con Navarra. En este caso, Extremadura está en peor lugar que Navarra debido a su mayor porcentaje de afiliados con actividad nula o reducida (esta última comunidad es la que tiene un menor porcentaje de trabajadores con actividad nula o reducida).