Hace unos días el INE publicó la revisión de las cifras de la Contabilidad Nacional Anual de los últimos años. El crecimiento del PIB real en 2015 y 2016 fue superior al estimado inicialmente –dos décimas porcentuales más en 2015, hasta el 3,4%, y una décima más en 2016, hasta el 3,3%–, mientras que los deflactores apenas sufrieron cambios, de modo que el volumen de PIB nominal en 2016 fue superior en 4.600 millones al anteriormente calculado. También han sido revisados los resultados de 2014, pero no se ha modificado la cifra de crecimiento del PIB. A diferencia de lo sucedido en otras ocasiones, esta vez las revisiones no han traído cambios de gran envergadura en la composición del PIB y su patrón de crecimiento, aunque vale la pena mencionar algunos aspectos de las mismas.
Gráfico 1
El elemento más destacado de la revisión de las cifras de 2016 es que la aportación del sector exterior al crecimiento fue más elevada de lo que se creía (0,7 puntos porcentuales, frente a 0,5), debido a una revisión al alza de las exportaciones y a la baja de las importaciones. Se acentúa con ello uno de los rasgos más positivos, y que más sorprendieron, del patrón del crecimiento registrado el pasado año, que fue el reducido crecimiento de las importaciones en relación al crecimiento de la demanda final, y, como consecuencia, la aportación positiva del sector exterior al crecimiento del PIB, que nunca había sido tan elevada en un contexto de crecimiento de la demanda nacional. No obstante, las cifras de 2015 fueron revisadas en el sentido contrario, desde una aportación del sector exterior de -0,1 puntos porcentuales a -0,4 puntos porcentuales, con menos crecimiento para las exportaciones, y más para las importaciones.
Con respecto a la demanda nacional, su aportación al crecimiento de 2016 fue inferior a la inicialmente estimada, debido a un crecimiento más bajo del consumo, que contrarrestó el mayor incremento de la inversión –tanto en bienes de equipo como en construcción–. En las cifras de 2015, por el contrario, se ha revisado al alza la aportación de la demanda nacional, con un mayor avance del consumo y de la inversión en equipo.
«Aunque la mayoría de las modificaciones son de escasa magnitud, en líneas generales se puede afirmar que suponen una mejora del patrón de crecimiento».
El resultado final las revisiones de ambos años ha sido que en 2016 el nivel en términos reales tanto de las exportaciones como de las importaciones era ligeramente más bajo de lo que se creía, al igual que el del consumo privado, aunque se trata de cambios de muy poca magnitud. De una cuantía solo algo mayor, y en el sentido contrario, ha sido la revisión de la inversión en equipo –un 0,6% mayor– y sobre todo la inversión en construcción –un 2,5% más–. En cualquier caso, el peso estos componentes sobre el PIB a precios corrientes prácticamente no varía.
Gráfico 2
Por el lado de la oferta también ha habido algunas modificaciones, especialmente en el caso de la industria. Se ha revisado al alza el crecimiento de su VAB en 2015 y 2016, de modo que al final del periodo su volumen en términos reales era un 1,2% superior al indicado por la anterior contabilidad, siendo ahora el sector que más crecimiento ha registrado todos los años desde el inicio de la recuperación. La construcción también creció más en el conjunto de los dos años –un 0,9%–, al igual que el sector primario –un 4,3%-. Los servicios de mercado, por el contrario, han sufrido una revisión a la baja del 0,6%.
Finalmente, el empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo creció más en ambos ejercicios, de modo que en 2016 la cifra fue superior en 51.000 personas a la estimación previa. Estos ocupados adicionales se concentran, básicamente, en el sector industrial. La remuneración media por trabajador en el conjunto del periodo también se ha revisado al alza en un 1%.
En suma, aunque la mayoría de las modificaciones son de escasa magnitud, en líneas generales se puede afirmar que suponen una mejora del patrón de crecimiento con respecto al que reflejaban las cifras anteriores, en el sentido de que este se ha sustentado en una medida algo mayor de lo que se creía sobre la inversión en bienes de equipo y el sector industrial, así como, al menos en 2016, sobre el sector exterior.
Fuente de los gráficos: INE