Logo Funcas

Prosigue la reducción de la tasa de abandono educativo temprano, pero aún lejos del objetivo

Comparte esta entrada

El abandono educativo temprano continúa siendo uno de los principales retos del sistema educativo en España. Afecta tanto a las trayectorias de vida de los jóvenes como al desarrollo económico, social y cultural del país. Reducir esta tasa es importante porque quienes no alcanzan este nivel mínimo de estudios suelen enfrentarse a mayores riesgos de desempleo, inactividad y exclusión social. Como recuerda la Comisión Europea“Más de la mitad de los jóvenes que abandonan los estudios en la UE (53,7%) no están empleados, y uno de cada tres desearía volver a la educación o formación, aunque se topa con obstáculos como requisitos de acceso, falta de apoyos o experiencias previas negativas en el aprendizaje. Las barreras percibidas para continuar los estudios son los requisitos de acceso, coste económico, oferta educativa inadecuada, problemas de salud, falta de apoyo de servicios públicos y experiencias previas negativas de aprendizaje.

La tasa de abandono educativo temprano se calcula a partir de datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE y refleja el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que no ha finalizado Bachillerato, FP Media o FP Básica y que no ha realizado ninguna formación en las últimas cuatro semanas. En España, en los últimos dos trimestres de 2024 y los dos primeros de 2025 se ha situado en el 12,6%, algo más baja que el 13% de 2024 y el 13,7% de 2023. En cualquier caso, el descenso no evita que España esté aún lejos del objetivo europeo del 9,0% fijado para 2030.


Las diferencias territoriales son significativas. En 2025, la brecha oscila entre el 20,6% de Murcia y el 3,8% del País Vasco. Cantabria (6,1%), Madrid (9,3%) o Navarra (9,6%) también registran tasas bajas.


El abandono está estrechamente vinculado, entre otros factores, al nivel educativo de las familias: los jóvenes cuyas madres solo tienen estudios primarios presentan una probabilidad de abandono 14 veces mayor que aquellos con madres con estudios superiores (34,0% frente al 2,3% en 2024).

Entre los jóvenes que no han completado secundaria superior, las barreras percibidas para continuar los estudios son los requisitos de acceso, coste económico, oferta educativa inadecuada, problemas de salud, falta de apoyo de servicios públicos y experiencias previas negativas de aprendizaje (Comisión Europea, 2024).

Absentismo escolar prolongado

El abandono temprano se conecta también con otra preocupación creciente: el absentismo escolar. La Comisión Europea advierte que tras la pandemia las tasas de absentismo prolongado (más de tres meses consecutivos sin asistir) aumentaron especialmente en la UE entre estudiantes desfavorecidos (10,2 % frente a 6,1 % de los más favorecidos).

El absentismo prolongado se asocia a menor rendimiento académico, mayor riesgo de abandono y peores resultados en el mercado laboral (menores ingresos y más desempleo).

Estrategias clave

Para avanzar hacia la meta europea de la tasa de abandono del 9,0%, se requieren políticas basadas en la evidencia:

  • Reducción de ratios y tutorías personalizadas.
  • Refuerzo socioemocional en etapas tempranas. Bienestar y salud mental en los centros educativos.
  • Incentivos a docentes experimentados en centros vulnerables.
  • Flexibilización de la FP y orientación educativa adaptada al mercado laboral.
  • Implicación de las familias en el aprendizaje temprano.
  • Escuelas de verano y programas de refuerzo.

Conclusión

Aunque España ha reducido su tasa de abandono temprano en las dos últimas décadas, el progreso se ha ralentizado. Además, las barreras para reenganchar a los jóvenes a la educación y el repunte del absentismo tras la pandemia añaden nuevos desafíos. Alcanzar el objetivo europeo del 9% en 2030 exige políticas integrales que combinen prevención, segundas oportunidades y apoyo específico a los estudiantes más vulnerables.

Comparte esta entrada