En los últimos años el fenómeno migratorio en España se ha encontrado en el centro de interés de numerosos estudios científicos, lo que se debe principalmente al hecho de que desde finales de los años noventa este país se ha convertido en un importante destino de los flujos migratorios internacionales. Junto al rápido incremento del peso de la población inmigrante en el conjunto de la población española, se observa también una creciente diversificación de sus procedencias, lo que ha dado lugar a una mayor heterogeneidad cultural que ha despertado el interés en cuanto a los modos de integración social dentro de la sociedad española. La llegada de los inmigrantes ha tenido un gran impacto en el mercado laboral, en la estructura por edad de la población, en los niveles de fecundidad, en el cambio en la composición de los hogares, en las relaciones interpersonales, en las redes de solidaridad primaria y secundaria, en los colores, los aromas, los acentos, los sabores de la sociedad española y un largo etcétera.
Uno de los cambios más importantes es el que tiene que ver con las transformaciones en los patrones nupciales a los que ha dado lugar. El crecimiento de la inmigración internacional en España ha incrementado de forma más que significativa el número de matrimonios en los que al menos un cónyuge es extranjero. Entre el año 1996 y el 2015 los matrimonios en los que al menos un cónyuge era extranjero aumentaron de un 5% a un 15% sobre el total de matrimonios contraídos.
Gráfico 1
Fuente: Fuente: Movimiento Natural de la Población.
Los matrimonios mixtos suelen considerarse como uno de los indicadores más importantes para medir el grado de integración de los grupos étnicos. Este tipo de matrimonios no sólo implica a las personas que han formalizado su unión, sino que este vínculo transciende de la familia de procreación a la familia de origen en tanto que la interacción implica, en diferentes grados, a los dos grupos. Es incuestionable que los matrimonios que se producen en la sociedad receptora constituyen una parte importante de las pautas de nupcialidad de los inmigrantes. Pero esta pauta puede, sin embargo, constituir sólo una parte del mosaico de la realidad matrimonial de los inmigrantes. Los matrimonios con españoles están también relacionados con la estrategia de la emigración en sí. Las personas que se casan con una persona autóctona puede disfrutar de las ventajas que le confiere su estatus de casado con un autóctono; ventajas relacionadas tanto con los aspectos legales que le faciliten el propio movimiento migratorio como las facilidades de cara a su permanencia en la sociedad de acogida. Otros beneficios del matrimonio con un español o española tienen que ver con la obtención de un empleo e ingresos. Este tipo de comportamiento, sin embargo, no se debe confundir con la integración, a pesar de que eventualmente pudiera conducir a la misma.
«Para las mujeres inmigrantes, el aumento en la probabilidad de casarse es espectacular con cifras del 43% a la llegada; tras un año de residencia en el país el 62% de las mujeres que se casan lo hacen con los españoles»
¿Integración social o estrategia migratoria?
La respuesta a una pregunta de este tipo pasa por poner en relación el momento en el que aconteció el matrimonio con el momento en el que se inició la migración, así como la duración del tiempo de estancia en España. Los matrimonios que tienen lugar entre un año antes y un año después de la emigración a España estarían ligados a las decisiones migratorias. La razón tiene que ver con que es muy difícil atribuir los matrimonios mixtos a cualquier tipo de proceso de integración social, básicamente porque el inmigrante no ha tenido el tiempo suficiente como para que ese proceso se produzca, o tan siquiera se inicie. A partir de los dos años de residencia en España, los matrimonios con españoles ya nos estarían informando del proceso de integración de los inmigrantes.
Gráfico 2
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Inmigrantes, 2007. Nota: Sólo incluye a los inmigrantes procedentes de países en desarrollo.
El gráfico 2 pone de manifiesto que el mercado matrimonial funciona de modo diferente para las mujeres y los hombres inmigrantes. Antes de la llegada a España los matrimonios mixtos muestran una reducida incidencia con valores que oscilan en torno al 10% para ambos sexos. El año de llegada y el año después marcan el inicio de un gran contraste en las tendencias que definirán los patrones nupciales en función del sexo de los inmigrantes. La propensión de los hombres a casarse con españolas es cada vez mayor, con probabilidades que se incrementan desde poco más del 14% en el año antes de la llegada al 33% en el año después de llegar al país. Para las mujeres, en cambio, el aumento en la probabilidad es espectacular con cifras del 43% a la llegada y tras un año de residencia en el país el 62% de las mujeres que se casan lo hacen con los españoles. A partir de los dos años de residencia continúan aumentando gradualmente con un repunte entre los inmigrantes que llevan residiendo en España más de 5 años.
Existen, por tanto, dos modos básicos de incorporación a la sociedad española. Uno de ellos es por medio del acceso al mercado de trabajo y, después de un período de estancia en España, se alcanza la plena integración social medida en términos de la exogamia matrimonial. Esta parece ser la ruta utilizada por la mayoría de los hombres y algunas mujeres inmigrantes que terminan casándose con los nativos de España. La otra ruta para la integración es más fácil y rápida. Se basa en el matrimonio vinculado a la decisión de la migración en sí y está disponible principalmente para las mujeres.
La constatación de estas circunstancias induce, finalmente, a explorar asuntos adyacentes, como por ejemplo: quiénes son los inmigrantes que hacen uso de estas dos vías de acceso a la sociedad española; cuáles son sus principales características sociodemográficas o qué dinámicas se esconden detrás de estos procesos.
Esta entrada es un resumen del artículo Los senderos hacia la integración: matrimonios interétnicos en España, publicado en el número 24 de Panorama Social. Puede acceder aquí al sumario y la descarga de la revista.