La economía española mantuvo en el primer trimestre del año la misma tasa de crecimiento que en los trimestres anteriores, un 0,7%, lo que supone un desempeño notable si se compara con la acusada desaceleración sufrida por las grandes economías de la zona euro. Sorprendió la fortaleza del consumo, que, en contra de lo que se esperaba, aceleró su crecimiento, apoyado sobre la reducida inflación del periodo, mientras que la inversión en bienes de equipo sufrió una caída —no hay que olvidar que los resultados son provisionales—. El sector más dinámico fue la construcción, en tanto que la industria registró una tasa negativa.
Gráfico 1
Fuente: INE, Eurostat y Funcas.
Los indicadores relativos al segundo trimestre deben ser analizados con cautela, debido a las distorsiones que puede haber introducido la Semana Santa —y que pueden explicar algunos resultados un tanto confusos y contradictorios—, pero en cualquier caso no apuntan a una variación significativa en el ritmo de crecimiento. Con respecto al consumo, las ventas minoristas descendieron en abril y mayo, aunque otros indicadores mantenían un tono muy vigoroso y el índice de confianza mejoraba. En cualquier caso, la tendencia en la mayoría de los casos es a la desaceleración, de modo que esperamos un crecimiento más moderado del consumo en el segundo trimestre.
En cuanto a los indicadores de inversión en equipo, la mayoría sufrían un empeoramiento, pero partiendo de tasas de crecimiento positivas en el primer trimestre, a diferencia del resultado negativo arrojado por la Contabilidad Nacional. La tendencia de estos indicadores, una vez corregida la elevada erraticidad que suelen presentar, sigue siendo de crecimiento, de modo que la caída de la inversión del primer trimestre debe ser interpretada como transitoria. En el segundo trimestre la inversión probablemente experimentó una recuperación, aunque dentro de una tendencia a más largo plazo de desaceleración.
Sobre el sector exterior, la información procedente de Aduanas arroja resultados algo decepcionantes. Según estos, las exportaciones reales se han instalado en una tendencia decreciente —en términos de tasas intertrimestrales—, mientras que las importaciones continúan en ascenso. Pero los resultados de esta estadística no siempre son corroborados por la Contabilidad Nacional. Otro indicador de comercio exterior, las exportaciones de las grandes empresas, presenta una evolución más favorable.
«España volverá a destacar en el segundo trimestre entre las economías de la Eurozona, cuyos indicadores más recientes no apuntan a una recuperación significativa del dinamismo»
En lo que se refiere al sector manufacturero, el índice de producción industrial ofrecía un mal resultado en abril, mientras otros indicadores apuntaban a una recuperación. Los indicadores cualitativos —confianza y PMI— han empeorado su media trimestral, pero partiendo de niveles en el primer trimestre consistentes con tasas de crecimiento positivas —a diferencia, también, del resultado de la Contabilidad Nacional—. Asimismo, según las cifras de afiliación a la Seguridad Social, el sector ha continuado creando empleo, si bien a un ritmo más pausado. La tendencia en la industria, por tanto, sigue siendo de crecimiento, de modo que lo más probable es que el resultado negativo del primer trimestre fuese transitorio, y la actividad vuelva a crecer en el segundo, aunque dentro también de una trayectoria de ralentización.
En cuanto a los servicios, aunque con algunas caídas mensuales puntuales, los indicadores seguían manteniendo una tendencia de firme crecimiento. El PMI de abril-mayo se situó en un nivel algo inferior al de primer trimestre, y el índice de confianza se mantuvo estable. La llegada de turistas, cuyo descenso interanual de abril obedeció al diferente calendario de Semana Santa, prolongaba, una vez corregido este efecto, la recuperación iniciada en el trimestre anterior tras el parón sufrido al final de 2017, aunque su ritmo de crecimiento es muy inferior al de los años anteriores. El número de afiliaciones también moderaba su ascenso. Así pues, el sector servicios mantuvo un ritmo de crecimiento muy similar al del primer trimestre. La construcción, por su parte, ha continuado creciendo de forma intensa, si bien la evolución de los visados de obra nueva, junto a algunos indicadores cualitativos, anuncia una desaceleración.
Finalmente la afiliación a la Seguridad Social recuperó fuerza en mayo tras los débiles registros de marzo y abril, dibujando una tendencia de crecimiento firme del empleo, aunque en suave desaceleración. España volverá, por tanto, a destacar en el segundo trimestre entre las economías de la Eurozona, cuyos indicadores más recientes no apuntan a una recuperación significativa del dinamismo tras el inesperado frenazo del primer trimestre.