Conforme a los últimos datos de comercio exterior de Aduanas, tanto las exportaciones como las importaciones registraron un importante repunte en el mes de julio, pero manteniendo el mismo esquema que se observa desde hace más de un año, consistente en que el crecimiento de las segundas supera al de las primeras, de tal modo que el déficit comercial de bienes volvió a aumentar. Así, el déficit acumulado de los siete primeros meses del año ascendió a 13.709 millones de euros, el doble del registrado en el mismo periodo del pasado año.
Este deterioro procede en su totalidad de la balanza no energética, ya que el saldo energético apenas varía en comparación con el mismo periodo del año pasado. En cuanto a la composición geográfica de los flujos comerciales, entre enero y julio ha empeorado tanto el saldo con la UE como con el resto del mundo, aunque más el primero que el segundo.
Es el intenso crecimiento de las importaciones, impulsadas por el tirón de la demanda interna, lo que explica este empeoramiento del saldo comercial, ya que las exportaciones, que atravesaron por un bache en la segunda mitad del pasado año, vuelven a crecer a buen ritmo, pese a la decepcionante evolución económica de la zona euro y de los países emergentes.
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María Jesús Fernández es economista senior de la Dirección de Coyuntura y Estadística de Funcas.