La desindustrialización consiste en la pérdida de relevancia del sector industrial en el conjunto de la economía, medido como el porcentaje que representa este sector en el PIB nominal. Es un proceso asociado al desarrollo económico y que ha afectado a todos los países desarrollados. En España, durante la fase expansiva se intensifica la desindustrialización, pasando de un 19,9% en 1997 a un 16,5% en 2007. Conviene remarcar que aunque estaba disminuyendo en términos relativos, la producción industrial estaba creciendo, si bien a un ritmo más lento que las actividades de servicios. En 2009 la industria sufre duramente la recesión y cae al 15,5% del PIB. En 2015 sigue representando el 15,5% del PIB español. Por tanto, durante la recesión no se ha intensificado la desindustrialización.