El crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social en diciembre se ha situado en línea con lo previsto, aunque el descenso del paro registrado ha sido menor de lo esperado. Con estos datos, ya tenemos información completa de lo ocurrido en el cuarto trimestre de 2015 y en el conjunto del año.
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El aumento de la afiliación en diciembre mantuvo el mismo buen ritmo de los tres meses anteriores, superior al observado en los meses de verano, en los que se produjo una clara desaceleración, aunque inferior al registrado en los primeros cuatro primeros meses del año. Así, en términos anualizados, sobre cifras corregidas de efectos estacionales por Funcas, el crecimiento en el cuarto trimestre de 2015 sobre el trimestre anterior fue del 3,2%, frente al 2,8% registrado en el tercer trimestre. Si excluimos el empleo agrícola y el empleo en los servicios predominantemente del sector público, cuya evolución está muy determinada por factores exógenos, y centramos nuestra atención en el sector privado no agrícola, que es un indicador más robusto de las condiciones económicas subyacentes, el crecimiento en el cuarto trimestre –también en tasa anualizada– fue del 3,5%, frente al 3,2% del trimestre anterior. A partir de estos resultados se puede afirmar que el crecimiento del PIB en el último trimestre del año debió de ser, como mínimo, igual al del trimestre anterior.
Es muy destacable el excelente comportamiento del empleo en el sector industrial. Los afiliados en el mismo aumentaron un 2,2% en el conjunto de 2015, la mayor tasa de toda la serie histórica homogénea de que disponemos, que se inicia en 2001. Su ritmo de crecimiento, además, ha ido a más a lo largo del año, sin apenas sufrir la desaceleración que los demás sectores registraron en los meses centrales del mismo.
También ha sido muy llamativo el comportamiento del empleo en el sector de la construcción. Tras aumentar a un ritmo muy vigoroso en los tres primeros meses del año, se frenó en seco entre abril y septiembre, lo que se explica por la finalización de la obra pública ligada al ciclo electoral. En el tramo final del ejercicio volvió a repuntar, aunque con menor fuerza, crecimiento que, en este caso, está probablemente más ligado a la recuperación de la construcción residencial.
En el conjunto del año, comparando la media anual de 2015 con la media anual de 2014, el número de afiliados aumentó en 530.000, tras haber crecido en 255.000 el año anterior –si hacemos la comparación de diciembre con diciembre del año anterior el resultado es algo diferente–. En cuanto a los afiliados asalariados, en 2015 crecieron por primera vez desde el inicio de la crisis los que disfrutan de contrato indefinido –en estos mismos términos de medias anuales–, pero fueron los contratados temporales lo que más crecieron. Desde el punto de vista de la duración de la jornada, a diferencia de lo ocurrido en 2014, el empleo a tiempo completo creció más que el empleo a tiempo parcial. Es decir, que la creación de empleo se ha ido desplazando desde la contratación a tiempo parcial hacia tiempo completo, y desde el empleo temporal hacia el indefinido, como cabe esperar que suceda a medida que la recuperación se va consolidando y los empresarios tienen más confianza en la solidez de la misma. En cualquier caso, está claro que la elevada temporalidad sigue siendo un problema grave de nuestro mercado laboral.
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La evolución del desempleo registrado es menos interesante desde el punto de vista analítico, debido a las distorsiones y deficiencias que presenta esta estadística, aunque sea la que centre mes tras mes la atención de los medios de comunicación. El número de desempleados registrados –la media anual– en 2015 se redujo por segundo año consecutivo, en 343.000, cerrando el ejercicio algo por encima de los cuatro millones.