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El desarrollo de Castilla y León en la perspectiva de la estrategia europea 2020

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El objetivo fundamental de este artículo es responder a la pregunta: ¿cuáles son los retos a los que tiene que hacer frente Castilla y León para superar las consecuencias económicas y sociales de la crisis, en la que seguimos inmersos, y entrar en esa vía de «crecimiento sostenible, inteligente e integrador» de la que habla la Estrategia Europea 2020 (EE 2020)?

La comparación de la trayectoria de la economía de Castilla y León con la española muestra que tanto en la fase alcista, 2000 a 2007, como en la fase recesiva posterior, la evolución de la economía regional es menos favorable. En la primera fase porque variables como el PIB, el empleo, o la población crecen significativamente menos que en España, y en la segunda porque las tres variables mencionadas decrecen de manera más intensa. A esto hay que añadir que indicadores como la productividad, la tasa de empleo y el PIB por habitante se han situado en todo momento por debajo de los nacionales. En cambio, la Renta Bruta Disponible de los Hogares por habitante a partir de 2005 tiende a situarse por encima de la nacional, y en cualquier caso la posición relativa de la región en términos de Renta Disponible es siempre mejor que en términos de PIB, lo que pone de manifiesto que Castilla y León es una de las comunidades que se beneficia de los mecanismos de redistribución entre las regiones más ricas y menos ricas.

«Estamos en presencia de una región en la que parte del nivel de bienestar alcanzado depende de la redistribución de rentas que tiene lugar entre las regiones».

Las debilidades de la economía regional tienen otras manifestaciones como la baja tasa de actividad, la dispersión de parte de la población en su amplio territorio, el envejecimiento, la elevada proporción pensionistas/población… Uno de los pocos indicadores que presenta un valor más favorable en la región es la tasa de paro, pero queda desvirtuada por el hecho de que convive con las bajas tasas de actividad y de empleo mencionadas.

Como conclusión de todo lo anterior se puede afirmar que Castilla y León ha seguido una trayectoria parecida a la del conjunto de España, pero menos favorable, y que en definitiva participa del proceso de desarrollo que a lo largo del tiempo se ha producido en el país, pero se trata de un desarrollo más débil y estamos en presencia de una región en la que parte del nivel de bienestar alcanzado depende de la redistribución de rentas que tiene lugar entre las regiones.

Esa debilidad se puede entender como el resultado conjunto de cinco fenómenos: el retraso en su incorporación a los procesos de industrialización; la insuficiente acumulación de capital físico, tecnológico y humano; las diferencias en la estructura productiva; las carencias de la gobernanza regional y el hecho de que su posición y su sistema urbano generan externalidades insuficientes para la atracción de inversiones.

Finalmente, teniendo en cuenta lo visto en los puntos precedentes, y en particular el hecho de que nos movemos en un entorno en el que la redistribución entre las personas y los territorios más ricos y los menos ricos parece gozar cada día de menos partidarios entre quienes toman las decisiones, el reto fundamental al que debe hacer frente Castilla y León es el de mejorar su grado de autonomía en la generación de rentas, mejora que pasa por el aumento de la productividad y de la tasa de actividad. A ello pueden contribuir las seis líneas de actuación propuestas y que son las siguientes:

  1. Reformar la arquitectura institucional de la Unión Europea y del Estado español.
  2. Gobernar mejor en Castilla y León.
  3. 
Reforzar los determinantes del desarrollo inteligente y la creación de ventajas competitivas.
  4. Consolidar las actividades que ya funcionan bien.
  5. 
Aprovechar las grandes oportunidades abiertas en torno a la sostenibilidad.
  6. El desarrollo inclusivo.

Esta entrada es una adaptación del artículo «El desarrollo de Castilla y León en la perspectiva de la estrategia europea 2020», publicado en el número 148 de Papeles de Economía Española. Puede consultar los contenidos completos de la publicación aquí.

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