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Voces múltiples, diversas y merecedoras de atenta escucha

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El profesorado de enseñanzas no universitarias de régimen general en España, constituido en el curso 2022-2023 por 770.000 hombres y mujeres (según el avance de datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional), es tan numeroso y variado que desaconseja cualquier generalización.  Y, sin embargo, parece que en la opinión pública se ha instalado la imagen de un colectivo que, a lo largo de las últimas décadas, ha asistido a un progresivo deterioro de su entorno de trabajo. Se escucha a menudo que a los profesores les cuesta mantener la autoridad en el aula; que sus actuaciones docentes y disciplinarias las cuestionan multitud de madres y padres, alineados con sus hijos incondicionalmente; que les resulta cada vez más difícil poner orden en las clases y completar la docencia programada; que se hallan desbordados por las exigencias burocráticas y las repetidas adaptaciones impuestas por la cambiante legislación educativa. Y por si todo ello fuera poco, los informes internacionales sobre rendimiento educativo, como PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) y PIRLS (Estudio Internacional del Progreso en Competencia Lectora), desdoran su trabajo docente al colocar a los estudiantes españoles en posiciones desaventajadas respecto a otros países. Los testimonios personales de profesores que sufren esos problemas van conformando la imagen de una profesión sacrificada y poco agradecida, disuasoria para muchos jóvenes que, por sus buenos rendimientos académicos, tienen otras opciones de formación y desarrollo profesional. Desde luego, esa imagen no es el mejor reclamo para atraerlos a la profesión que tradicionalmente ha ostentado una capacidad extraordinaria de marcar la visión del mundo y de la vida de niños y jóvenes.

Partiendo de que ese malestar existe en el profesorado, es importante intentar medirlo e identificar dónde se concentra para poder afrontar razonablemente los problemas subyacentes. No es tarea fácil, pues disponemos de pocas encuestas al profesorado que nos permitan escuchar su voz de manera agregada[1]. Esta escasez resulta todavía más penosa e inexplicable en un país que, como España, destaca por el volumen de recursos públicos dedicados a la producción de encuestas de opinión. Ante esta parquedad de información cuantitativa que permita hacer un seguimiento continuado, sistemático y detallado sobre cómo percibe el profesorado en España su situación profesional y laboral, algunas encuestas parciales pueden contribuir a ir perfilando este conocimiento.

Una de las más recientes es la incluida en la última ola del estudio PIRLS, cuyos resultados se hallan disponibles desde el pasado mayo. Recoge la opinión de una muestra de 460 docentes que en el curso 2021-2022 impartían 4º de Educación Primaria, lo que obliga a acotar el alcance de los resultados[2]. Con esta precaución, cabe afirmar que los maestros encuestados no encajan en la imagen del profesorado antes trazada; antes bien, en general, se sienten satisfechos respecto a sus alumnos, a las familias de estos, y a sus propios compañeros.

Por lo que se refiere a los estudiantes, dos de cada tres maestros encuestados (67%) califican como “muy alta” o “alta” la capacidad de sus alumnos de alcanzar los objetivos académicos, y todavía en una proporción mayor (82%) utilizan los mismos adjetivos para ponderar el deseo de estos de sacar buenas notas (82%) y su capacidad para alcanzar los objetivos académicos del centro (67%). También el comportamiento de los alumnos merece a la mayoría de los encuestados un juicio positivo o muy positivo; entre seis y siete de cada diez están muy de acuerdo con la afirmación de que su alumnado muestra un comportamiento ordenado (61%) y respetuoso hacia los profesores (69%). Por lo demás, aunque solo en torno a la mitad atribuye sin reservas a los estudiantes un comportamiento de respeto entre pares (47%; un 45% se declara “un poco de acuerdo”), sí que aprecian muy mayoritariamente (84%) que los alumnos tienen en consideración a quienes alcanzan rendimientos académicos más altos (gráfico 1). En conjunto, los maestros valoran a sus estudiantes muy positivamente en comparación con los datos de otros países europeos. Esta mejor valoración no destaca solo cuando los datos de España se contrastan con los de otros países del sur de Europa (como Italia o Portugal), sino también con los de Francia o Alemania, incluso con los de Dinamarca o Suecia. El juicio de los maestros españoles en cada uno de los aspectos reseñados se sitúa invariablemente por encima de la media de la Unión Europea; más aún, los datos colocan a España entre los tres países con porcentajes más altos de satisfacción de los maestros con sus alumnos.


Este juicio positivo se extiende asimismo a las familias (madres y padres) de los alumnos. Siete de cada diez maestros encuestados (70%) consideran que las familias son exigentes con sus hijos, toda vez que mantienen expectativas altas sobre su rendimiento académico. Algo más de la mitad también ensalza el apoyo de las familias al rendimiento académico de los hijos (54%), su compromiso para garantizar que estos estén en condiciones de aprender (58%) e, incluso, su implicación en las actividades del centro (55%) (gráfico 2). De nuevo, en comparación con los datos correspondientes a otros países europeos, las opiniones que expresan los maestros encuestados en España son llamativamente más positivas.


La encuesta pone también de manifiesto la opinión favorable que mantienen los maestros respecto de sus colegas. Más de ocho de cada diez califican como “muy alto” o “alto” el grado de comprensión que sus compañeros tienen de los objetivos del currículo del centro (89%) y el éxito con el que consiguen aplicarlo (83%). Valoran asimismo positivamente la cooperación de los profesores con la dirección del centro para desarrollar el plan de enseñanza (83%) y no dudan en tildar de “muy altas” o “altas” las expectativas del profesorado acerca del rendimiento académico de los estudiantes (79%), así como también la capacidad que tienen, como profesores, de inspirar a los estudiantes (83%).


En consonancia con los resultados expuestos, tres de cada cuatro maestros encuestados (76%) se manifiestan muy a menudo satisfechos con su trabajo, compartiendo en esa misma proporción la opinión de que su labor tiene sentido; incluso cuatro de cada cinco (83%) confiesan que su trabajo les entusiasma, lo consideran “estimulante” (82%) y sienten orgullo por desempeñarlo (78%). Aunque los porcentajes bajan cuando se les pregunta si se sienten valorados por la sociedad (51% contesta “muy a menudo”), también en este punto su percepción positiva se halla mucho más extendida que entre sus compañeros de los otros 23 países considerados.


Los resultados de la encuesta a maestros de Educación Primaria incorporada en el último estudio PIRLS pueden resultar sorprendentes sobre el trasfondo de la imagen del profesorado insatisfecho y desmotivado arriba perfilada. Es importante tener muy en cuenta que se trata de profesores de enseñanza primaria (que incluye, por lo general, a niñas y niños entre 6 y 12 años), por lo que no se pueden extrapolar al conjunto del profesorado. Es probable que estas experiencias y percepciones difieran considerablemente de las de los profesores de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, pero tampoco sería justo obviarlas y persistir, sin más, en la idea de la insatisfacción general del profesorado español. Lo que importa es escuchar las voces de los profesores a través de los medios de que disponemos para ello; hacerlo es probablemente la mejor forma de reconocer su centralidad en el sistema educativo español, su contribución al desarrollo de las aptitudes intelectuales y las actitudes de niños y jóvenes hacia el conocimiento y la ciencia, y, en definitiva, su aportación clave a la mejora de la sociedad. 


[1]
La más importante es la que se lleva a cabo quinquenalmente en el marco de los Estudios Internacionales de Enseñanza y Aprendizaje
(TALIS, Teaching and Learning International Survey), promovidos por la OCDE. España ha participado, desde su primera edición en 2008, 2013 y 2018. La próxima ola de TALIS tendrá lugar en 2024. Centros de investigación privados también han realizado encuestas a unos u otros segmentos del profesorado. Véase, por ejemplo, la encuesta de la Fundación SM.

[2]
Promovida por la IEA (International Association for the Evaluation of Educational Achievement), PIRLS recoge los resultados de una prueba estandarizada de comprensión lectora en la que participan alumnos de 4º de Primaria (o su equivalente) en más de medio centenar de países. España ha participado en las olas de 2006, 2011, 2016 y 2021. Los informes españoles de PIRLS pueden consultarse en esta página del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE).

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