Es evidente que mantener una elevada proporción de activos improductivos (NPA) genera problemas de rentabilidad en las entidades financieras. Los activos improductivos deben provisionarse, financiarse y gestionarse para su potencial recuperación. La preocupación de los reguladores y los supervisores financieros europeos por el volumen de activos improductivos de los bancos no es nueva. Sin embargo desde mediados de 2017 esta preocupación se ha mostrado con mucha claridad en forma de nueva normativa destinada a presionar a los bancos europeos para que den salida rápida a los activos improductivos. El objetivo último de la normativa es crear los incentivos para su gestión temprana y, caso de que se produzca su acumulación, la venta en mercados secundarios. De esta forma el Action Plan to Tackle Non-Performing Loans in Europe de la Comisión Europea ya planteaba una serie de propuestas para forzar a las entidades financieras a reducir el riesgo de mantener un elevado nivel de exposiciones deterioradas en el futuro. Las modificaciones recientes más relevantes son la modificación del Pilar I de la CRR y la expectativa supervisora del BCE (pilar II) sobre niveles de cobertura de las exposiciones improductivas.
«Los nuevos requerimientos de la CE y el BCE respecto a los activos improductivos presentan llamativas diferencias que generan una cierta ambigüedad. La cobertura máxima (100%) se produce a los 8 años en la normativa de la CE mientras el BCE la fija en 7 años. La propuesta de la CE es regulatoria y, por tanto, de obligado cumplimiento, mientras que la Guía del BCE proporciona una expectativa para la discusión con el regulador».
Esta nueva normativa supone la necesidad de elevar las coberturas para activos improductivos generando incentivos para su gestión eficiente o su venta en caso de acumulación. Es importante constatar que estas acciones coinciden temporalmente con la implantación de la nueva norma IFRS 9 que generaba preocupación en cuanto al afloramiento de un volumen adicional de dudosos que impactarían en la rentabilidad del sector financiero europeo. Las previsiones apuntaban a que se produciría un incremento del 11% en la banca europea. En el caso español la situación era algo diferente pues la del anejo IX actualiza la distinción entre riesgo dudoso y normal separando entre exposiciones con y sin incumplimiento (non performing y performing) en línea con el FINREP lo que puede explican la menor incidencia de IFRS9 en el volumen de activos improductivos de la banca española.
Además existe una cierta interacción entre la nueva normativa contable y el deseo de los reguladores de acelerar la reducción de las exposiciones improductivas de los bancos. Algunos bancos, especialmente italianos y griegos con altos niveles de activos problemáticos, parece que están adelantando coberturas aprovechando las ventajas de la transición de 5 años, establecida por la CE, para que las nuevas coberturas impacten en el capital. Los bancos italianos han contabilizado 10.700 millones en coberturas por pérdidas esperadas mientras que los griegos y chipriotas podrían alcanzar los 3.500 millones. Estas coberturas adicionales incentivan la aceleración de la reducción de los activos improductivos aunque también parece que han generado cierta preocupación en el BCE por su contabilización diferida.
Gráfico 1
Fuente: EBA y elaboración propia.
Los nuevos requerimientos de la CE y el BCE respecto a los activos improductivos presentan llamativas diferencias que generan una cierta ambigüedad. La cobertura máxima (100%) se produce a los 8 años en la normativa de la CE mientras el BCE la fija en 7 años. La propuesta de la CE es regulatoria y, por tanto, de obligado cumplimiento, mientras que la Guía del BCE proporciona una expectativa para la discusión con el regulador. Además el BCE considera nueva entrada cualquier exposición que se clasifique como improductiva (sea anterior o posterior a la entrada en vigor) mientras que la CE solo considera las nuevas exposiciones a partir del momento de implantación de la regulación. Finalmente el requerimiento varía en función del plazo de deterioro en ambos casos, aunque la propuesta de la CE distingue entre exposiciones impagadas (past due) y de probable impago (unlikely to pay).
¿Cuál es la situación de la banca española?
Los últimos datos sobre activos problemáticos de la banca española muestran claros signos de mejora. Los créditos dudosos en las entidades de depósito bajaron un 16,1% durante 2017 para situarse en 94.175 millones (en febrero de 2018 habían descendido hasta los 92.468 millones). La proporción de entradas en dudosos durante el año (28,7%) aumentó respecto al comportamiento observado en los tres años anteriores pero las recuperaciones también fueron proporcionalmente superiores (-31,2%). La reducción de los dudosos por pase a fallidos fue un -13.7% del volumen inicial de dudosos. La contribución a la reducción de dudosos fue especialmente significativa en el caso de las empresas (-20,7%) y, en particular, de aquellas en el sector de construcción y actividades inmobiliarias (-30,6%) que llego a tener una tasa de morosidad del 37% en diciembre de 2013. La tasa de reducción de los morosos por créditos para adquisición de vivienda descendió a un 4,4%, algo menos que el año anterior. Sin embargo en el segmento de crédito a los hogares distinto a la adquisición de vivienda la tasa de variación del crédito moroso ha tenido muy poca variación, observándose aumentos en algunas entidades.
«Las dudas sobre el impacto en el mercado de la llegada de un gran número de inmuebles, como consecuencia de las grandes transacciones del año pasado, y el empeoramiento de la accesibilidad de las familias por el aumento del precio de la vivienda pueden reducir las expectativas de rentabilidad de los potenciales compradores».
Respecto a los activos adjudicados se han mantenido muy estables tras el traspaso a Sareb de los activos de las entidades del Grupo 1 y 2, en torno a los 80.000 millones de euros. En el segundo semestre de 2017, y como consecuencia fundamentalmente del ajuste a valor neto de provisiones del importe en libros bruto de los bienes adjudicados del Banco Popular en la fecha de su resolución, y de otros ajustes, se ha producido una significativa disminución que ha reducido el total de activos adjudicados a 58.000 millones. De esta forma los activos problemáticos de las entidades de depósito españolas se han reducido de 192.000 millones de finales de 2016 a los 152.000 millones de finales de 2017. Esta cifra, a pesar de su magnitud, contrasta significativamente con los cerca de 280.000 millones de activos problemáticos acumulados en diciembre de 2013. La caída de activos problemáticos desde esa fecha se sitúa en el 46%.
La actividad en el mercado de activos improductivos sintoniza con la reducción de una tercera parte de los préstamos improductivos (de 1,12 billones hace tres años a los 0,81 billones de finales de 2017) de los bancos europeos reportada por la EBA. Los datos muestran que en España hubo mucha actividad en 2014, que decayó en 2015 y 2016. En este periodo la mejora de la economía junto con la recuperación de los precios de los activos inmobiliarios pudo reducir el ritmo de venta de activos no productivos de los bancos españoles ante la posibilidad de recuperar una proporción creciente de los créditos morosos y mejorar el precio de los activos inmobiliarios. En 2017, y ante las claras señales de presión por parte de los reguladores y supervisores para que los bancos redujeran significativamente sus activos problemáticos, el mercado español resurgió hasta representar cerca del 50% del mercado europeo de venta de activos problemáticos.
Gráfico 2
Fuente: Evercore (Europa) y elaboración propia (España).
En principio a juzgar por los planes estratégicos de reducción de activos problemáticos de los bancos españoles y por las carteras que ya están disponibles, el mercado volverá a ser muy activo en 2018 aunque las dudas sobre el impacto en el mercado de la llegada de un gran número de inmuebles, como consecuencia de las grandes transacciones del año pasado, y el empeoramiento de la accesibilidad de las familias por el aumento del precio de la vivienda pueden reducir las expectativas de rentabilidad de los potenciales compradores.
Esta entrada es un resumen actualizado del artículo «Nuevas coberturas y normas contables: efectos sobre los activos problemáticos de la banca española», publicado en el número 264 de Cuadernos de Información Económica.