El impacto de la crisis ha sido muy intenso en la economía española, pero al mismo tiempo, muy desigual por sectores, concentrándose especialmente en la hostelería. Así, el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en este sector, excluyendo los que se encuentran en situación de ERTE, fue en febrero de este año un 47,5% inferior al de un año antes, frente a una caída del 6,3% en el resto de servicios de mercado, un 4,2% en la industria o un 1,6% en la construcción. Otros sectores fuertemente afectados han sido los de agencias de viajes, transporte aéreo y actividades de entretenimiento, deportivas y juegos de azar, pero su peso en la economía es mucho menor.
La estadística de empresas inscritas en la Seguridad Social nos ofrece otra muestra de la concentración del impacto de la crisis en el sector de la hostelería. Es el que sufre una mayor caída en el número de empresas, un 13% interanual en febrero, frente a un 2,2% en el resto de la economía. Además, en los dos últimos meses el ritmo de destrucción de empresas hosteleras parece que se ha intensificado.
Gráfico 1
Gráfico 2
Fuentes: Ministerio de Trabajo y Economía Social y Funcas.
En el gráfico 1, que representa el número de empresas de hostelería eliminando el efecto de la estacionalidad —que genera mucha volatilidad y oscurece las tendencias subyacentes—, se observa que, tras la fuerte caída sufrida al inicio de la crisis, se produjo una importante recuperación en los primeros meses del verano, pero esta se paralizó en agosto, y a partir de diciembre se produce una especie de segunda ola de destrucción de empresas. El número de estas en febrero de 2021 equivalía al que había en febrero de 2013. Es decir, en el último año se han destruido casi tantas empresas en hostelería como las que se crearon en los siete años anteriores, unas 23.000. En el resto de la economía, en comparación, el número de empresas se encuentra aproximadamente en el nivel de comienzos de 2017, y, con altibajos, parece que se mantiene estable desde el otoño (gráfico 2).
Estos indicadores ponen de relieve una vez más dos cosas importantes. En primer lugar, la economía en su conjunto permanecerá, en esencia, estancada hasta que se eliminen definitivamente todas las restricciones a la actividad y a la movilidad, lo cual no sucederá hasta que la vacunación haya alcanzado a un volumen de población suficiente. Y en segundo lugar, a medida que avanza el tiempo, el daño estructural en el sector de la hostelería es mayor.