Gráfico 1
El INE ha publicado las Cuentas Trimestrales no Financieras de los Sectores Institucionales correspondientes al último trimestre de 2014, con lo que ya tenemos la imagen completa de la evolución de las rentas, los gastos, el ahorro, etc. de hogares, empresas y Administraciones Públicas durante el conjunto del año.
Los hogares registraron un incremento de su renta disponible del 1,4%, en parte debido al aumento de las rentas salariales —como consecuencia, a su vez, del aumento del empleo—, y en parte debido al crecimiento de otras rentas, concretamente de los dividendos recibidos, a lo que se une una importante reducción de casi el 24% de los pagos por intereses. Puesto que el consumo creció en mayor medida que la renta, el resultado final fue un descenso del ahorro, con lo que su tasa se quedó en un 9,8% de la Renta Disponible Bruta, frente a un 10,4% en el año anterior. Pese al descenso del ahorro, los hogares han seguido generando un excedente financiero, es decir, su ahorro ha sido superior a su inversión. Esta última se ha incrementado levemente por vez primera desde 2007 reflejando la incipiente recuperación de las ventas de viviendas, que es el activo donde se materializa el grueso de la inversión de los hogares. Tanto la recuperación de las rentas salariales como de la inversión de los hogares son dos elementos más que nos indican que el año 2014 ha supuesto un punto de inflexión en la evolución de la economía española.
En cuanto a las sociedades no financieras, su renta disponible —es decir, los beneficios después de pagar impuestos y distribuir dividendos— sufrió una reducción, como consecuencia del aumento del pago de remuneraciones salariales y de impuestos, pero sobre todo por la mayor distribución de dividendos, que creció un 36,7% con respecto al año anterior. Pese a ello, y pese al crecimiento de la inversión, este sector generó un excedente financiero, es decir, su renta fue mayor que su inversión, aunque dicho excedente fue sensiblemente inferior al generado el año anterior.
En suma, el sector privado ha seguido generando capacidad de financiación, como viene sucediendo desde 2009, la cual, aunque aún no se dispone de los datos de las cuentas financieras para el conjunto del año, se puede avanzar que fue destinada a la devolución de la deuda —en el caso de las empresas, probablemente en su totalidad, mientras que en el caso de los hogares, solo en parte—. Por otra parte, al contrario que el sector privado, las Administraciones Públicas volvieron a generar déficit. Este ascendió al 5,8% del PIB, si bien, descontando las ayudas a las entidades financieras fue del 5,7%, es decir, seis décimas porcentuales menos que en 2013. La mejoría procedió íntegramente del incremento de los ingresos tributarios, sobre todo IVA y cotizaciones sociales.