Los resultados de la EPA del primer trimestre han sido buenos, pero no tanto como se esperaba. El empleo se redujo en 114,3 miles de ocupados con respecto al trimestre anterior, variación que, tras eliminar la estacionalidad, muy negativa siempre en el primer trimestre del año, se convierte en un incremento de unos 75.000. Pero dicho incremento ha sido casi la mitad del registrado en el trimestre precedente. Además, la mitad del mismo tuvo lugar en el sector público, que en el último año ha elevado notablemente el número de contrataciones. En el sector privado, el empleo corregido de efectos estacionales aumentó en unas 37.000 personas, cifra sensiblemente inferior al aumento observado en los tres trimestres precedentes.
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En parte este escaso crecimiento —en comparación con lo que se esperaba— obedece a la fuerte caída del empleo agrícola, cuyo comportamiento trimestre a trimestre es muy errático por motivos ajenos a la evolución de los fundamentos económicos, “camuflando” en ocasiones la tendencia del resto de la economía. Pero incluso si excluimos dicho sector, el incremento del empleo en el resto del sector privado ha sido más moderado que en los trimestres anteriores.
TUITEA ESTOEsta moderación del crecimiento ha procedido del mal comportamiento de los servicios. Mientras que la industria y la construcción han seguido generando empleo a buen ritmo, en los servicios privados la ocupación, en términos desestacionalizados, ha descendido. Lo cual es llamativo, teniendo en cuenta la positiva evolución de la afiliación a la Seguridad Social en el sector, y más aún considerando que este año la contratación ligada a la Semana Santa caído en el primer trimestre del año.
En cualquier caso, a partir de este resultado no podemos concluir que la creación de empleo esté perdiendo fuerza. La EPA a veces presenta oscilaciones que se separan momentáneamente de la tendencia, sin que esto implique un cambio en la misma.
