El pasado jueves 14 de abril se presentó el V Reform Monitor del proyecto Spanish Reforms en un acto en la sede de Funcas con el título de Reformas para el nuevo gobierno de España. Además de mi presentación del Reform Monitor, el acto contó con las intervenciones los profesores Xavier Vives, Alfredo Pastor y Javier Andrés, todos moderados por el director general de FUNCAS, Carlos Ocaña.
Lanzamos el proyecto Spanish Reforms en 2013 y ha contado con el apoyo desde el principio de Funcas y del Centro Sector Público-Sector Privado del IESE y con la colaboración de everis y de ESCI-UPF. El proyecto ofrece información actualizada en inglés sobre diversos aspectos de las reformas estructurales de la economía española: ¿qué recomiendan los organismos internacionales? ¿Qué reformas adopta el gobierno? ¿Qué se puede saber del impacto de las mismas? El objetivo del proyecto es aumentar la transparencia en materia de política y, de esta forma, contribuir a reforzar la confianza en la economía española.
El proyecto también ofrece la opinión de un panel de expertos sobre la economía española. Los expertos valoran el estado de la economía en seis grandes áreas, así como la orientación y el grado de avance en las reformas en 18 subáreas de política económica. El promedio de estas valoraciones es lo que se presenta en el Reform Monitor.
En la última ronda de las respuestas de los expertos, los cinco ámbitos de política económica donde las reformas están más rezagadas son los siguientes: educación, servicios profesionales, políticas activas de empleo, reforma de la administración pública e I+D y sociedad del conocimiento.
«El Reform Monitor alerta de que no hay ningún motivo para complacencia, particularmente cuando uno se detiene a analizar la situación del mercado laboral, las finanzas públicas y el estado de bienestar».
Uno de los rasgos comunes que comparten estos ámbitos es que requieren de un alto coste político en el momento de adoptarlas, pero sus beneficios, en caso de llegar, se materializan a medio y largo plazo. En cierto modo, el mensaje que emerge de estas valoraciones es que las reformas que se han adoptado hasta el momento no prestan al futuro, a sus retos y oportunidades, la atención que se merece.
Es cierto que lo peor de la crisis ya ha pasado pero el Reform Monitor alerta de que no hay ningún motivo para complacencia, particularmente cuando uno se detiene a analizar la situación del mercado laboral, las finanzas públicas y el estado de bienestar. En cierto modo, estamos en un momento crítico por la “fatiga” sobre las reformas: algunas de las reformas han funcionado y han evitado males mayores, otras han tenido costes sociales muy altos sin que se pueda ver claramente su contribución pero, en la mayoría de los casos, no se ha avanzado lo suficiente.
La calma relativa propiciada por el BCE no durará para siempre y debe ser aprovechada. Aprovechada para reformar con criterio y con equilibrio y prestando especial atención para proteger aquellos que resulten perjudicados. En el Reform Monitor se pueden encontrar diversas sugerencias de por dónde empezar a dibujar las reformas del futuro.