Desde la abolición del Monopolio Español de Petróleo en 1993, y tal como nuestra el cuadro 1, el número de estaciones de servicio en España no ha dejado de aumentar, consecuencia lógica del crecimiento del parque nacional de vehículos y de la escasa densidad de la red de estaciones existente.
Este aumento ha venido impulsado tanto por las operadoras tradicionales: Repsol, Cepsa, BP,…, como por la entrada de nuevas compañías: Galp, Meroil, Disa,… Curiosamente, la caída del consumo de carburantes asociada a la crisis no supuso la ruptura de la tendencia al crecimiento del número de estaciones de servicio.
La razón de que estas inversiones continúen siendo atractivas hay que buscarla en el aumento relativo de los precios en España en comparación con los medios de otros países europeos. Si antes de la crisis, tanto los precios antes de impuestos como los márgenes comerciales se situaban alrededor de un céntimo por litro por encima de los medios europeos, a partir de 2008 las diferencias se incrementan de forma notable en España, mostrando la capacidad del sector para elevar los precios.
No debe sorprender, por tanto, que, como consecuencia de lo anterior, los beneficios brutos totales de la venta de gasolinas y gasóleos obtenidos por las estaciones de servicio hayan crecido, incluso después de la crisis, tal como recoge el gráfico 1.
En conclusión, la estructura de la industria petrolera española parece favorecer el ejercicio de poder de mercado, lo que ha llevado al conjunto del sector de la distribución de combustibles de automoción en España a mantener, e incluso aumentar, su beneficios brutos totales en una época, la de la crisis económica, caracterizada por una fuerte caída de la demanda e importantes ajustes, en términos de precios y beneficios, en otros sectores claves de la economía española.
No obstante, cabe señalar que en los últimos meses, y frente a lo ocurrido en épocas pasadas, se empiezan a observar importantes diferencias en los precios entre diferentes tipos de gasolineras, impulsadas por las estrategias de precios más agresivas de estaciones independientes e hipermercados. Así, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) señala que, en febrero de 2014, los precios en las estaciones servicio independientes se situaron, en media, en 3 y 4 céntimos/litro por debajo de los fijados en las estaciones integradas en redes de operadores petrolíferos para la gasolina y para el gasóleo, respectivamente, mientras que el precio medio de los supermercados se situó 1,8 céntimos por debajo del fijado en las estaciones de servicio independientes en ambos tipos de combustibles. En ese mismo mes, el margen bruto por litro vendido se situó en España 5,0 y 4,03 céntimos por encima del medio europeo para la gasolina y para el gasóleo, respectivamente.
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Puede ver el artículo completo “¿Poder de mercado en la comercialización de combustibles de automoción en España?: análisis de la evolución de precios y márgenes” de Alejandro Bello, Ignacio Contín-Pilart y M. Blanca Palacios en el número 240 de Cuadernos de Información Económica, mayo-junio.