En 2015 se ha interrumpido el proceso de consolidación fiscal iniciado en 2010. Este cambio deliberado en la orientación de la política económica puede atribuirse al ciclo electoral y cabe esperar que la desviación en el déficit público se corrija a partir de 2016. España ha acordado con la Comisión Europea una nueva senda de corrección del déficit que permitiría situarlo en el 3,6% en 2016 y en el 2,9% en 2017. Para alcanzar el 3,6% se necesita por tanto un ajuste inmediato del 0,4%, para lo que se han adoptado medidas a nivel estatal y autonómico que supondrán el retraso en algunas inversiones, sin afectar a los servicios sociales.