El concepto criptoactivo es más amplio que el de criptomonedas: hace referencia no sólo a las criptodivisas, sino también a otras formas de intercambio o de inversión que utilizan tecnologías criptográficas y blockchain para funcionar. En este momento –cualquier intento de clasificación debe ser necesariamente provisional, dada la vertiginosa evolución de este fenómeno– se puede hablar de dos tipos principales de criptoactivos: las criptomonedas y los tokens (fichas). En ambos casos, la valoración de estos activos debe realizarse bajo parámetros no convencionales, puesto que forman parte de una plataforma que cuenta con unos subyacentes diferentes a los de los activos tradicionales.