Logo Funcas

Más allá de la tecnología: el reto de la digitalización de la empresa española

Comparte esta entrada

La transformación digital de las empresas españolas es uno de los elementos determinantes para cerrar la brecha de convergencia real, en términos de productividad laboral de la economía española, con respecto a la de los países más avanzados de nuestro entorno. Y esa transformación puede tomar impulso ahora gracias al programa Next Generation EU (NGEU) de la Unión Europea, que incluye la digitalización como objetivo estratégico comunitario y que dedica un gran volumen de recursos monetarios a impulsar los medios y los usos digitales. Es, pues, un buen momento para preguntarse por el punto de partida desde el que las empresas afrontan el cambio.

Funcas acaba de publicar un estudio en el que se analiza el estado de digitalización de las empresas españolas en el contexto europeo, con un doble objetivo: primero, completar la información de las estadísticas oficiales sobre las diferencias de partida en el capital digital de las empresas europeas, y cómo contribuye el efecto país en esas diferencias; y segundo, comprobar si las dotaciones de capital digital se acompañan de otras en activos complementarios que se han demostrado imprescindibles para hacer productiva y rentable la inversión digital, concretamente los activos organizacionales.

El capital digital y el capital organizacional forman parte de los activos intangibles de la empresa. El primero incluye los activos de la empresa que se sustentan en las tecnologías de la información y las comunicaciones (datos, software, ordenadores, robots, plataformas), y los usos a los que se destinan. El capital organizacional forma parte de la categoría de competencias económicas y, dentro de ellas, incluye a la estructura organizativa, capital humano específico, organización del trabajo, calidad de gestión…. La investigación académica y la experiencia profesional han demostrado, primero, la importancia creciente de los activos intangibles en el conjunto de los activos empresariales, y también la alta complementariedad entre activos intangibles. Para los activos capital digital y capital organizacional, la complementariedad implica que el retorno para la empresa de la inversión en capital digital depende de que se acompañe de niveles similares de inversión en capital organizacional. En el estudio, los indicadores de capital digital distinguen entre digitalización del trabajo de las personas y digitalización de las máquinas. Los indicadores de capital organizacional se limitan a la flexibilidad funcional y a la “voz” de los trabajadores. 

A partir de la información proveniente de la European Company Survey 2019, sobre indicadores de digitalización y organización empresariales, se puede observar que, en cuanto a los primeros, las empresas españolas, en promedio, están cerca del nivel medio de digitalización de las radicadas en los países con niveles más altos de productividad, como Suecia y Alemania. Las empresas en España, al igual que en Francia e Italia, presentan un déficit relativo de trabajadores que utilizan ordenadores habitualmente en su puesto de trabajo, pero superan a las compañías en Alemania y Suecia en la digitalización de las máquinas (robots) y en la analítica de datos. Sin embargo, en cuanto a los activos organizacionales, las empresas españolas están claramente por debajo de las empresas de los países del centro y norte de Europa y por debajo de las italianas (especialmente en la proporción de trabajadores con autonomía).


A la vista de los datos, se puede concluir que la empresa española cuenta con activos digitales en dotaciones comparables con las de la empresa en los países más avanzados en digitalización, pero está claramente infradotada en las capacidades organizativas que complementan a las digitales y de las que depende que estas últimas impacten en la mejora de la productividad. Con este diagnóstico, resulta prioritario repensar el programa de ayudas públicas a la digitalización empresarial en España para que contemple iniciativas dirigidas a mejorar la dotación de capacidades organizativas de las empresas, en paralelo a la mejora de inversión en activos digitales.

Comparte esta entrada