Los agentes productivos son claves en la evolución y éxito de un territorio. Ciudadanos y empresas dan cuerpo al tejido que condiciona el futuro de una economía. Las políticas públicas tienen facultad para transformar el territorio. Toda una serie de políticas tienen cabida a este respecto: fortalecimiento institucional, justicia, prestación de servicios públicos, certidumbre legislativa, dotación de infraestructuras, innovación, formación, creación y consolidación de mercados, políticas sectoriales (p. ej. turismo, comercio, industria), políticas específicas (medioambiente y naturaleza, deportiva, energía, gastronómica, cultural, ocio), etc. Este tipo de actuaciones tienen que seguir fortaleciéndose, pero por sí solas no conducen al éxito de una ciudad que ya es líder en el contexto internacional. Madrid tiene una trayectoria positiva en el liderazgo de este tipo de políticas económicas y debe seguir potenciándolas, pero es necesario complementar estas actuaciones.
Existen otras actuaciones específicas y necesarias para la Comunidad de Madrid. El liderazgo de la región le obliga a impulsar actuaciones novedosas y a identificar espacios exclusivos de actuación más allá de las políticas tradicionales. Se trata de abordar algunos ámbitos de actuación de política económica con especial influencia en dos grupos clave para la consecución de los objetivos estratégicos: los ciudadanos y las empresas.
En relación con la población, el mercado de trabajo es un elemento clave. En este sentido es necesario impulsar la recuperación del colectivo de empleadores, la captación de capital humano que dinamice la actividad en segmentos de mayor valor añadido y creatividad. Por otra parte, es oportuno crear espacios ciudadanos de participación que impulsen el atractivo de Madrid como región. Desde la perspectiva empresarial es imprescindible facilitar la generación de nueva actividad, favorecer el entorno para el desarrollo de los negocios, la innovación, la creación de entornos favorables al desarrollo de sectores de futuro que sean capaces de integrar industria y servicios, el desarrollo de nuevas empresas con contenido social, la atracción de empresas grandes y de sedes centrales así como la organización de eventos, foros y espacios para las empresas. La generación de una demanda sofisticada y suficiente, de servicios y productos innovadores, y el liderazgo institucional en materia de nuevas tecnologías y servicios son elementos que permiten el desarrollo de estas nuevas empresas.
Madrid irradia su dinamismo desde un núcleo metropolitano que, de nuevo, al igual que la Comunidad Autónoma en relación a España, no solo se sitúa en el centro geográfico de la región sino en el centro de actividad de la provincia. En este sentido, la influencia de la ciudad de Madrid y de su área metropolitana tiene capacidad de traspasar la Comunidad Autónoma y condicionar la evolución del conjunto de España, lo que permite a su área metropolitana configurarse como una ciudad global. Por este motivo, la ciudad y región metropolitana de Madrid debería tener una estrategia clara que vincule las actuaciones en materia de innovación social, movilidad sostenible, accesibilidad multimodal, eficiencia energética, gestión ambiental, gestión de infraestructuras y servicios, seguridad y servicios de cuidado a las personas. Igualmente, para empresas y trabajadores, es fundamental potenciar las facilidades de conectividad que tiene actualmente la Comunidad Autónoma con el resto del mundo y de España.
«Por encima de todas las medidas y de su concreción específica, la definición de los objetivos y actuaciones públicas debe contar con la empresa y los ciudadanos para la consecución de los objetivos perseguidos. La actuación debe ser coordinada entre municipios y comunidad autónoma pasando a constituir una prioridad de todas las administraciones».
Sin embargo, por encima de todas las medidas y de su concreción específica, la definición de los objetivos y actuaciones públicas debe contar con la empresa y los ciudadanos para la consecución de los objetivos perseguidos. La actuación debe ser coordinada entre municipios y comunidad autónoma pasando a constituir una prioridad de todas las administraciones. El diseño, ejecución y renovación de las políticas debe realizarse en comunicación permanente entre agentes económicos; empresas, ciudadanos y sector público. Todos ellos deben mantener un diálogo constante para encontrar soluciones eficaces de manera rápida a los retos que sin duda irá planteando el futuro. Solamente así se consigue una administración cercana a los agentes sociales, la integración de los objetivos públicos y privados, la apertura a las nuevas oportunidades y la adaptación permanente de las iniciativas públicas a las necesidades de empresas y ciudadanos.
Esta entrada es una adaptación del artículo «Madrid: centro y motor de actividad», publicado en el número 148 de Papeles de Economía Española. Puede consultar los contenidos completos de la publicación aquí.