A la hora de definir los principales desafíos de Extremadura para las próximas décadas, a la vista de la situación socioeconómica actual de la región, es necesario, en primer lugar, analizar los factores más importantes que han podido condicionar dicha realidad desfavorable. Así, Extremadura presenta una baja productividad del capital físico (y también una productividad reducida del factor trabajo) cuyo origen no se encuentra en la dotación de dicho factor, pues la capitalización de Extremadura está en consonancia con el tamaño de su sistema productivo. Además, la región presenta una capacidad muy reducida para atraer inversiones privadas, lo que limita las posibilidades de aumentar el tamaño de su economía –que conllevaría mejorar su capacidad de generar producción y empleo y, a la vez, atraer población nueva y mejor formada a la región–.
Por otra parte, Extremadura presenta una tasa de actividad inferior a la media nacional, y una población potencialmente activa también baja si se la compara con la media nacional, debido a una baja tasa de natalidad y, sobre todo, a un elevado envejecimiento de la población extremeña. Ambos hechos, junto la baja productividad del trabajo, dificultan aumentar el nivel de ocupación y la renta per cápita de la región.
Por lo que respecta al capital humano de Extremadura, los años de formación de la población extremeña (cantidad de educación), así como el nivel de estudios terminados por la población en edad de trabajar (calidad de la educación), son inferiores a los valores medios nacionales.
Finalmente, si se analiza el tercer tipo de factor productivo, el social, en Extremadura el proceso de capitalización ha sido mucho menos intenso en nuestro caso que el que se ha producido en el conjunto nacional.
Una vez expuestos los problemas, se proponen líneas generales de actuación que, en el medio-largo plazo, pueden propiciar que las principales variables macroeconómicas de la región extremeña converjan a los correspondientes promedios nacional y europeo.
«Además de reestructurar la economía, se hace necesario también redimensionar la producción, propiciando una mayor extensión de sectores como el industrial, generadores de empleo estable y capaces de atraer nuevas inversiones privadas».
En este sentido, se deben tomar medidas que den lugar a una reestructuración sectorial a nivel macroeconómico. Relacionado con lo anterior, además de reestructurar la economía, se hace necesario también redimensionar la producción, propiciando una mayor extensión de sectores como el industrial, generadores de empleo estable y capaces de atraer nuevas inversiones privadas. De forma complementaria, también hay que avanzar en términos de aglomeración de la población, tomando medidas que, sin suponer el abandono de la población en el medio rural, en última instancia promuevan el crecimiento de las ‘grandes urbes’ existentes en Extremadura.
Añadido a lo anterior, se debe mejorar la accesibilidad de Extremadura, impulsando la red de transportes terrestres de la región, completando cuanto antes el trayecto ferroviario de alta velocidad o de altas prestaciones que atraviese la región, y también ampliando la red de autovías regionales. Asimismo, se debe mejorar la accesibilidad potencial del transporte aéreo propio, aumentando la oferta de destinos y de número de vuelos diarios de pasajeros, o propiciando el acercamiento del transporte aéreo vecino a través de servicios lanzadera específicos.
Por otra parte, resulta fundamental la puesta en marcha de nuevas medidas que permitan mejorar la formación de la población extremeña, tanto en cantidad como en calidad. También se hace necesaria una nueva cultura empresarial, cuyos valores básicos sean la internacionalización y la innovación.
Y por último, para facilitar la propuesta y adopción de las medidas necesarias para incrementar la competitividad de Extremadura, es necesario un entorno institucional adecuado.