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Las mujeres jóvenes salen de la crisis con más preocupación y menos optimismo que los hombres

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Transcurridos dos años desde el inicio de la pandemia, más de cuatro de cada cinco mujeres españolas (de 18 o más años) todavía se declaran muy o bastante preocupadas por los efectos de la crisis del coronavirus. Así, aun cuando durante el último año (febrero 2021-febrero 2022) esta preocupación ha caído en 13 puntos porcentuales entre las mujeres, en febrero de 2022, el 83% respondían “mucho” o “bastante” a la pregunta sobre cuánto les preocupaban los efectos de la crisis del coronavirus (Gráfico 1). Si bien a este respecto se aprecian diferencias entre grupos de edad, incluso en aquel en el que la preocupación se halla menos extendida (18-34 años), casi ocho de cada diez mujeres (78%) han reconocido en el último mes sentirse muy o bastante preocupadas por los efectos de la crisis (35-64 años: 83%; 65 o más años: 85%) (Gráfico 2a).

Distinta es la percepción de la situación entre los hombres. Los datos de opinión pública reflejan de manera consistente niveles de preocupación más bajos que los de las mujeres a lo largo del último año (Gráfico 1), pero, además, en la población masculina (de 18 o más años) las diferencias entre grupos de edad son mucho más notorias. Los hombres jóvenes se han mostrado a lo largo de todo el periodo mucho menos preocupados que sus padres y abuelos, separándoles una distancia muy considerable (Gráfico 2b).


Por tanto, de los gráficos 1 y 2 se desprende que, por lo que se refiere a la preocupación por los efectos de la pandemia, la homogeneidad intra-género es significativamente mayor entre las mujeres que entre los hombres, en tanto que la heterogeneidad inter-género alcanza su máximo en el grupo más joven. Así, mientras la proporción de hombres entre 18 y 34 años muy o bastante preocupados por los efectos de la pandemia no llega actualmente a dos tercios (63%), la de las mujeres de la misma edad se acerca a cuatro quintos (78%). Ciertamente, la preocupación por los efectos de la pandemia también ha disminuido entre las mujeres jóvenes a lo largo del último año, pero entre los hombres lo ha hecho mucho más rápidamente (Gráfico 2).

Las diferencias entre hombres y mujeres jóvenes son también ostensibles en lo que se refiere a la percepción de la gravedad del momento en que nos encontramos. Así como, en febrero de 2022, el 84% de los hombres de 18 a 34 años opinan que “lo peor ya ha pasado”, entre las mujeres de la misma edad el porcentaje baja hasta el 63%. En el grupo de edad de 35 a 64 años, los hombres que suscriben esta opinión “optimista” también superan (en 5 puntos porcentuales) a las mujeres, lo que, sin embargo, no se observa entre los mayores de 64 años (Gráfico 3). 


En general, por tanto, las mujeres, y especialmente las más jóvenes, atraviesan esta fase de salida de la crisis sanitaria con más preocupación y menos optimismo que los hombres. Por lo demás, ellas sienten en mayor medida que la pandemia ha afectado mucho o bastante a su vida personal. Así lo reconoce la mitad de las mujeres de 18 a 34 (frente a un 40% de los hombres de la misma edad) (Gráfico 4). Mayor todavía es la proporción de las que afirman que la pandemia ha afectado mucho o bastante a su vida social (61% frente a 49% de los hombres de la misma edad) (Gráfico 5). De nuevo, son las mujeres en edades laborales (18-64 años) las que mayoritariamente señalan que la pandemia afecta a su vida personal y a su vida social. No obstante, en todos los grupos de edad analizados, ellas sienten en mayor proporción que ellos que la pandemia y sus implicaciones afectan a sus vidas. 


En línea con diversas investigaciones nacionales e internacionales (por ejemplo esta, esta o esta), los datos de opinión pública sugieren que la pandemia ha lastrado emocionalmente más a las mujeres que a los hombres, pero, en contra de lo que cabría esperar, esta diferencia de género parece especialmente destacada en el grupo de edad más joven, aquel que está iniciando su inserción laboral o consolidándola, y sobre el que recae buena parte del esfuerzo reproductivo de cualquier sociedad. En la medida en que los sentimientos de preocupación influyen en el bienestar psicológico y en los comportamientos efectivos, en el Día Internacional de la Mujer también es importante recordar la existencia de diferencias de género importantes a este respecto.

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