En las últimas décadas, la fabricación de muchos productos requiere la utilización de inputs intermedios producidos en localizaciones distintas, lo cual ha favorecido que los intercambios comerciales crezcan por encima del crecimiento de la producción. Hemos estudiado este fenómeno general de fragmentación de los procesos productivos poniendo el foco en el outsourcing y el offshoring de la industria manufacturera española tomando como principal referencia estadística la Encuesta de Estrategias Empresariales (ESEE), representativa de la población de empresas manufactureras de más de 10 trabajadores.
La tipología de estrategias analizadas se deriva de considerar que cuando la empresa diseña su estrategia de aprovisionamiento de bienes intermedios se enfrenta a una doble decisión sobre su proveedor: la propiedad (integrar verticalmente la producción del bien intermedio dentro de la propia empresa o contratarla con un tercero) y la localización del mismo (proveedor establecido en el propio país o en el extranjero). Atendiendo a la decisión que se tome sobre cada una de estas alternativas se puede definir una tipología de estrategias de abastecimiento compuesta por cuatro categorías: Integración vertical en el mercado local, outsourcing local, integración vertical en el extranjero y outsourcing internacional.
A partir de los datos de la ESEE se puede concluir que las empresas manufactureras españolas utilizan una gran variedad de estrategias de abastecimiento de inputs intermedios aunque la frecuencia de casos se concentra en un pequeño grupo. Algo más de la mitad de las empresas pequeñas recurren al outsourcing local como manera exclusiva de abastecerse de inputs intermedios y algo más de un tercio lo combinan con el outsourcing internacional. Para las empresas grandes esta última estrategia es la que más casos concentra, y además es importante la combinación de las tres estrategias consideradas (outsourcing local, outsourcing internacional e integración vertical en el extranjero) que concentra casi un 25% del total de empresas manufactureras. Por tanto, existen diferencias significativas en las estrategias de las empresas en función de su tamaño.
Las estimaciones que se aportan con los datos de la ESEE, permiten afirmar que en torno al 40% de las empresas manufactureras de más 10 trabajadores recurren al offshoring como vía de abastecimiento de inputs intermedios y la intensidad media del fenómeno es casi el 30%. Ambas magnitudes presentan una importante heterogeneidad sectorial. Los sectores de vehículos de motor y máquinas de oficina y proceso de datos son aquellos en los que simultáneamente ambos márgenes son mayores. En el extremo opuesto se encuentran los sectores dedicados a la alimentación, bebidas y tabaco, la Industria de la madera y la Industria del mueble.
El fenómeno de fragmentación de la producción tiene una importancia creciente en el periodo 2006-2012, destacando el aumento de más de 10 puntos del outsourcing internacional como estrategia de abastecimiento. Este es un rasgo común para empresas grandes y pequeñas. Crece también el porcentaje de empresas que hace outsourcing local (en 5 puntos) y en algo más de 2 puntos el porcentaje de empresas que integran verticalmente en el extranjero la producción de bienes intermedios.
Por lo que se refiere a la evolución de la intensidad de estas estrategias, se observa que en los años de crisis cae la intensidad del outsourcing local y apenas varía la intensidad de la compra de componentes a proveedores externos localizados en el extranjero. Por otra parte, la intensidad con la que las empresas hacen integración vertical en el extranjero, que había aumentado sensiblemente en los años de expansión, cae desde 2009 casi 7 puntos porcentuales. En conjunto, por tanto, la crisis ha reducido la intensidad de los fenómenos de outsourcing local y offshoring, indicando, con este comportamiento, que las compras externalizadas se han contraído más que la producción en la etapa reciente de crisis.
Las empresas que hacen outsourcing local están en el extremo inferior de la distribución de productividad. Las empresas que hacen offshoring, ya sea como estrategia pura o estrategia mixta, tienen por tanto una productividad mayor que las restantes
También se examinan algunos indicadores de participación en las Cadenas de Valor Globales (CVG). En torno al 40% del valor de las exportaciones de España corresponde a bienes que se comercian a través de CVG. Este porcentaje, comparado con el del resto de países de la OCDE, indica que España tiene una participación más bien reducida en las CVG y, por tanto, que fenómenos vinculados a la fragmentación de la producción, como el offshoring, tienen una magnitud relativa menor que en dicho conjunto de países. Por otra parte, los datos de empresas de la base EFIGE también apuntan en la misma dirección: respecto a los mayores países de la UE, la proporción de empresas manufactureras integradas en CVG es menor en España.
Asimismo, la evolución del índice de amplitud de las CVG ha aumentado sensiblemente desde 1995 hasta 2009. El componente internacional de este índice ha crecido más que el componente local, lo que es indicativo de un aumento del offshoring y es consistente con lo que señala la ESEE para las empresas manufactureras españolas en el periodo 2006-2012.
Por último, al examinar la relación entre la productividad de las empresas y las distintas estrategias de abastecimiento de inputs intermedios se observa, en términos generales, que los resultados confirman la predicción del modelo de Antràs y Helpman (2004). En primer lugar, las empresas que hacen outsourcing local están en el extremo inferior de la distribución de productividad. Las empresas que hacen offshoring, ya sea como estrategia pura o estrategia mixta, tienen por tanto una productividad mayor que las restantes. En segundo lugar, del grupo de las que hacen offshoring, las empresas que integran verticalmente su suministro de inputs intermedios en el extranjero, tienden a situarse en el extremo superior de la distribución de productividad.
;Esta entrada es una versión reducida y editada del artículo “Las empresas manufactureras en las cadenas de valor globales: evidencia para España”, publicado en el número 144 de PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA.