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Las comunidades autónomas: dispuestas a crecer

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Han pasado 20 años desde que se publicara el número 64 de Papeles de Economía Española dedicado al estudio de la situación económica de las comunidades autónomas y cuyo título no fue otro que «La recuperación económica de las comunidades autónomas». En aquel momento, se vivía una situación similar: tras una intensa, pero corta, crisis económica a comienzos de los noventa la economía empezaba a mostrar signos de recuperación. Desde 1995 se ha vivido un ciclo económico completo que comenzó con una enérgica recuperación a la que siguió una dilatada expansión, hasta 2007, con una tasa de crecimiento anual media de un 3,8 por 100 del PIB real. La economía española se consolidó como una potencia desarrollada, ingresó en la Unión Monetaria Europea y asumió, con pleno derecho, el euro como moneda única. El nivel de vida de los españoles creció sobremanera. Así, el PIB per cápita (nominal) pasó de los 11.588 euros en 1995 a 24.133 euros en 2007. Y todo ello, teniendo en cuenta que se asistió a un crecimiento de la población sin precedentes, superior incluso al registrado en la década de los sesenta del siglo XX. Pero a esta expansión le sucedió una no menos importante recesión económica que ha dejado notar sus ramificaciones en todos los agentes económicos hasta prácticamente el año 2014. De hecho, en algunas variables, todavía en los inicios de 2016 se deja traslucir cierta fragilidad en la recuperación económica.

En este contexto, en el verano de 2015 se planteó la necesidad de evaluar la situación de la economía española desde una perspectiva territorial, de manera que se pusiera el acento en el estudio de la trayectoria seguida por cada una de las comunidades autónomas identificando los principales factores que impulsaron el crecimiento y las restricciones que lo limitan y que, al menos en parte, son específicos de cada región.

La magnitud de los cambios en la última década ha sido de tal calado que ningún agente económico ni ninguna zona geográfica española han permanecido ajenos a ellos. Sin embargo, el nivel de ajuste en cada una de las regiones ante los shocks negativos no ha sido ni el mismo ni en la misma dirección. Varias son las razones que justifican esta realidad. Por una parte, las condiciones de partida no eran las mismas, ni tampoco la exposición a los elementos más desfavorables (como, por ejemplo, tener un sector de la construcción muy desarrollado). Por otra parte, el propio sistema autonómico ha permitido (incluso, se podría decir que, ha exigido) que las medidas adoptadas tampoco fueran comunes.

GRÁFICO 1

A modo de síntesis, el gráfico 1 muestra lo ocurrido en las comunidades autónomas durante la crisis económica y en el inicio de la recuperación. En concreto, se representa la relación entre la tasa de crecimiento media anual registrada en el PIB per cápita entre 2008 y 2013 frente al crecimiento anual registrado entre 2013 y 2014. La economía española durante la crisis registró una contracción anual equivalente de un 1,53 por 100, mientras que en el primer año de recuperación muestra un crecimiento del 1,26 por 100. Estas cifras delimitan cuatro sectores en función de que la región haya crecido más o menos que la media nacional. La situación más preocupante la presentan las comunidades autónomas localizadas en el cuadrante inferior izquierdo, ya que son regiones que registraron caídas en su PIB per cápita superiores a la media y están creciendo menos en la recuperación. En el caso más extremo se encuentra en Castilla-La Mancha y la ciudad autónoma de Melilla, puesto que todavía están sufriendo una disminución del PIB per cápita en 2014. En el lado opuesto (cuadrante superior derecha), se encuentran las regiones donde cayó menos el PIB per cápita durante la crisis y el cambio hacia una tendencia alcista en 2014 ha sido más pujante: La Rioja, Comunidad de Madrid, Castilla y León, Cataluña y País Vasco.

«El objetivo de este número de “Papeles…” es mostrar al lector una panorámica de las particularidades de las condiciones iniciales de cada comunidad autónoma y analizar cómo están aprovechando las ventajas que proceden del exterior. Además de una descripción más o menos clásica de la situación económica, se analizan las fortalezas y los retos presentes que condicionaban el avance en la fase de recuperación».

La capacidad para internalizar los impactos negativos de la recesión junto con la dinámica demográfica ha sido particular y peculiar de cada región. Aunque también han tenido protagonismo aspectos internacionales que inciden de manera parecida en todos los territorios como la bajada en el precio del petróleo (que ayuda a la contención de la inflación), los bajos tipos de interés (que permiten una mayor renta disponible a las familias endeudadas) o la devaluación del euro (que favorece a las exportaciones).

El objetivo de este número 148 de Papeles de Economía Española es mostrar al lector una panorámica de las particularidades de las condiciones iniciales de cada comunidad autónoma y analizar cómo están aprovechando las ventajas que proceden del exterior. Para ello, se ha contado con destacados expertos en cada una de las economías autonómicas. A todos ellos se les pidió que, además de una descripción más o menos clásica de la situación económica, analizaran las fortalezas y los retos presentes que condicionaban el avance en la fase de recuperación; todos esos análisis tendrán su resumen en este blog a lo largo de las próximas semanas.

En definitiva, se pretende que este número de Papeles de Economía Española sirva de base para ofrecer directrices y guías de actuación para futuras políticas regionales.

Consulte aquí los contenidos del número 148 de Papeles de Economía Española.

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