La reacción al brexit y a los movimientos populistas de distinta índole brinda una oportunidad única, que no podemos desaprovechar, para avanzar en el perfeccionamiento de la Unión Monetaria. La Comisión Europea sustenta su hoja de ruta sobre tres pilares: la unión financiera, la unión económica y fiscal, y la mejora de la calidad democrática. Los dos primeros son fundamentales para impulsar el crecimiento y la creación de empleo. El tercero lo es porque los nuevos instrumentos y funciones necesitan de un mayor control democrático dado que la acción intergubernamental sin control ya no es aceptable en el marco democrático que vivimos. En el marco de esta construcción, la unión bancaria representa el paso más importante que ha dado Europa hacia su integración desde la instauración del euro, aunque todavía se debe profundizar en alguno de sus pilares, en particular en la creación de un esquema único de garantía de depósitos.
El proyecto de la unión bancaria establece una supervisión única y común para todos los bancos de la eurozona, ejercida directamente por el BCE sobre las 128 entidades más relevantes y de forma indirecta sobre el resto a través de las autoridades nacionales. La unión bancaria se completa con otros dos pilares: una autoridad única de resolución para los bancos de la eurozona y un fondo de garantía común para los depósitos –EDIS–, todo ello bajo el paraguas del Single Rulebook, esto es, de un conjunto de normas armonizadas aplicables a todos los bancos de la UE, al cuidado de la EBA. A la unión bancaria debe también añadirse el proyecto de la unión de mercados de capitales (Capital Markets Union) como pieza esencial de la futura configuración del sistema financiero europeo.
«El sector bancario español apuesta decididamente por la unión bancaria siendo consciente del gran papel a desarrollar en el contexto europeo».
A su vez, hay que considerar la creación de un mercado único de servicios financieros minoristas como un elemento imprescindible para perfeccionar la unión financiera. La normativa de UCITs (Undertakings for Collective Investment in Iransferable Securities) –que establece las condiciones para que un fondo domiciliado en un Estado miembro pueda ser distribuido en el resto de países de la Unión se ha convertido en una referencia internacional sobre cómo regular productos como son los fondos de inversión. Si bien, un avanzar en un reglamento comunitario en materia hipotecaria supondría homogeneizar la parte más sustancial de los balances bancarios en la eurozona y permitiría, obviamente, avanzar en la construcción de la unión bancaria y, en particular, en la integración de los mercados financieros minoristas.
La formación de bancos transfronterizos, a través de fusiones o bien mediante otras operaciones corporativas, puede jugar un papel crucial para acelerar la formación del mercado financiero único de servicios minoristas y ayudar a afrontar una nueva crisis de una forma muy diferente. las fusiones transfronterizas pueden jugar un papel clave para el reordenamiento y definitivo saneamiento del sector bancario europeo como lo están haciendo a nivel nacional. La aparición de bancos genuinamente paneuropeos no acaba de producirse siendo el actual entorno regulatorio y de tipos parte del problema.
En este nuevo horizonte, el sector bancario español apuesta decididamente por la unión bancaria siendo consciente del gran papel a desarrollar en el contexto europeo. Así, un sector caracterizado por su elevada eficiencia, en proceso de transformación digital y que ha avanzado mucho en el proceso de saneamiento contempla elementos de oportunidad y desafío en el proyecto europeo de unión bancaria.
Esta entrada es un resumen actualizado del artículo « La unión bancaria», publicada en el número 155 de Papeles de Economía Española.