A medida que la esperanza de vida ha aumentado, aproximándose a la “Cuarta Edad”, vivir bien hasta los 80 años se ha convertido en la norma. Es por lo tanto crucial estudiar el envejecimiento de la población para enfrentarnos adecuadamente a un posible incremento de años de vida con problemas de salud a lo largo del ciclo vital (Solé-Auró y Alcáñiz 2015). Examinamos las diferencias en la salud de la población mayor de 80 años en un conjunto de 14 países europeos. Son personas nacidas antes de 1934 en Europa, un grupo con experiencias vitales muy diversas. Son, además, generaciones que fueron niños antes de que los antibióticos estuvieran disponibles habitualmente, que estaban en la flor de la vida durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española, y que experimentaron el increíble período de prosperidad económica de posguerra. La diversidad es enorme. Algunos experimentaron circunstancias mucho más difíciles durante la guerra; otros pertenecieron a sociedad más rurales y agrarias; la prosperidad económica difirió entre países y afectó de manera distinta en función de la edad; los patrones familiares variaron en el pasado, así que también cambia la probabilidad de que estén envejeciendo con un cónyuge y en el número de hijos. Las tendencias en el nivel educativo también varían entre países, de modo que la gente era más o menos propensa a desempeñar trabajos manuales o profesionales, y de vivir en un área rural o urbana. Con tal diversidad de historias de vida, podríamos esperar que la población en la “Cuarta Edad” tengan diferentes condiciones de salud en los distintos países europeos de acuerdo a sus variadas vidas y comportamientos, y a sus diversas situaciones familiares y de hogar, debido tanto a las diferencias pasadas como a las actuales políticas.
«Españoles e italianos de edad avanzada tienden a tener una mayor esperanza de vida que los países del norte de Europa. La probabilidad de llegar a esas edades se ha relacionado con la participación en la Segunda Guerra Mundial (y la Guerra Civil en el caso de España). Suiza y Suecia, que fueron países neutrales, son los únicos cuya probabilidad de alcanzar los 80 años es sustancialmente mayor».
Dado este contexto, examinamos múltiples dimensiones de la salud de las personas de 80 años y más que viven en 14 países para los que se han armonizado los datos de encuestas recientes. Las dimensiones de la salud incluyen funcionalidad, enfermedad y prevalencia de factores de riesgo. La disponibilidad de indicadores de salud comparables nos permite examinar diferencias nacionales en este grupo de edad y cómo la variabilidad dentro y entre países se refiere tanto a nivel de país como a factores individuales.
Nuestro trabajo concluye que el ranquin de esperanza de vida por sexo entre los países difiere en función de la edad. Entre los mayores europeos, esta clasificación la lideran Francia, Holanda (para varones), Luxemburgo (para mujeres) y Suiza. Españoles e italianos de edad avanzada tienden a tener una mayor esperanza de vida que los países del norte de Europa. La probabilidad de llegar a esas edades se ha relacionado con la participación en la Segunda Guerra Mundial (y la Guerra Civil en el caso de España). Suiza y Suecia, que fueron países neutrales, son los únicos cuya probabilidad de alcanzar los 80 años es sustancialmente mayor. Daneses, italianos y españoles presentan menores probabilidades de llegar a esa edad, posiblemente debido a las condiciones que padecieron en su niñez. Además, parece que hay poca relación entre la probabilidad nacional por cohorte de llegar a los 80 años y el promedio de duración de la vida tras alcanzar los 80 años (Ver gráficos).
GRÁFICOS 1 Y 2
Fuente: HMD (2016)
Las evidencias de esta investigación no pueden asegurar que las diferencias de esperanza de vida a los 80 años entre los países europeos se relacionen totalmente con las diferencias de salud, pero sí que lo hace parcialmente. Franceses y daneses no parecen presentar niveles consistentemente más bajos de enfermedad, discapacidad y buen funcionamiento. Los mayores de la Europa meridional que han estado experimentando vidas más largas a las edades avanzadas no parecen tener mejor salud: de hecho, a menudo se clasifican entre los países con peores indicadores de discapacidad y funcionalidad. Las características de los europeos de 80 y más años se diferencian notablemente en formas que pueden afectar a su salud y bienestar.
Esta entrada es un resumen del artículo La salud de los europeos mayores de 80 años, publicado en el número 23 de Panorama Social, sobre Retos demográficos. Puede acceder aquí al contenido completo de la revista.