No sé si adecuadamente, como las calificaciones de los escolares, pero la recuperación de la economía española que se inició tímidamente a mitad del pasado año va progresando. En la coyuntura actual eso significa que el enfermo sigue estando muy débil, pero que va mejorando. Incluso cabe pensar, a la vista de los indicadores que vamos conociendo, que su progreso en este año pudiera ser algo mayor de lo previsto.
Los datos conocidos esta semana apoyan este diagnóstico. El paro registrado en las oficinas públicas de empleo bajó en 1.949 personas. Es una cifra irrisoria, pensarán muchos, teniendo en cuenta que este registro recoge 4,8 millones de parados. Pero lo relevante es que es la primera vez desde 2007 en que baja este indicador en un mes de febrero. Desestacionalizando las cifras, la reducción es de unas 40.000 personas. En realidad, el paro registrado desestacionalizado viene descendiendo desde mayo del pasado año y acumula una caída de 225.000 personas. Ahora bien, este descenso no quiere decir que 225.000 personas hayan encontrado trabajo en términos netos. Por la EPA sabemos que gran parte de esta caída obedece al descenso de la población activa (inmigrantes y españoles que abandonan el país).
En todo caso, la bajada del paro registrado es la cal que ofrece esta estadística. La arena es que cada vez un menor número de parados está cubierto por prestaciones de desempleo. En enero el número de parados era un 4,5% inferior al del mismo mes del año anterior, pero el de beneficiarios de prestaciones era un 8,4% menor y además la prestación media era un 6,3% más baja. La tasa de cobertura fue del 61,4%. Urge crear empleo y urge mejorar las políticas activas de empleo. La medida de introducir una tarifa plana reducida de 100 euros al mes para las cotizaciones de los nuevos contratos indefinidos está bien, pero los múltiples estudios disponibles sobre este tipo de medidas nos dicen que no son apenas efectivas. Para crear empleo, sería mucho más efectivo reducir varios puntos porcentuales las cotizaciones de todos los trabajadores, acompañando la medida de un aumento de los impuestos indirectos que se traspasaría a la Seguridad Social para que sus cuentas no sufrieran ningún deterioro. Igualmente, si lo que se quiere es incentivar la contratación indefinida, sería mucho más efectivo suprimir los contratos temporales que no sean estrictamente causales y, en paralelo, modificar el contrato indefinido reduciendo la indemnización por despido en los primeros años.
(1) Sin empleados del hogar y cuidadores no profesionales.
Fuentes: M. de Empleo, AEAT, Markit Economics Ltd. (PMI) y Funcas. Gráficos elaborados por A. Laborda.
Más significativos de la marcha del mercado laboral son los datos de afiliados a la Seguridad Social, que sí nos dicen cómo evoluciona el empleo. En términos desestacionalizados en febrero se produjo un aumento de 34.000 afiliados, que asciende a 150.000 desde septiembre del pasado año, el primer mes desde enero de 2008 en que se produjo un aumento de este indicador. La media de enero y febrero da un crecimiento del 0,5% respecto a la media del trimestre anterior. Teniendo en cuenta que avanzan más los afiliados con jornada parcial que con jornada completa, dicha tasa podría reducirse al 0,3% en términos de trabajo equivalente a tiempo completo. Si esta cifra se mantiene para el conjunto del primer trimestre (lo más probables es que mejore ligeramente) y la tomamos como una aproximación al aumento del empleo en términos de contabilidad nacional, tenemos que sólo la aportación del empleo generaría un crecimiento del PIB del 0,3%. Si a ello le añadimos un mínimo avance de la productividad, dicho aumento podría ser mayor.
Podría argüirse, con razón, que calcular el crecimiento del PIB a partir de un solo indicador es bastante simple y parcial. Es cierto, pero el resto de la información disponible apunta en la misma dirección, como se observa en los gráficos inferiores, en los que se muestran algunas estadísticas de la industria y los servicios conocidas esta semana, como los indicadores PMI y las ventas declaradas por las grandes empresas a la Agencia Tributaria, además de los afiliados a la Seguridad Social en estos sectores. La mayor incógnita es el comportamiento de las exportaciones, pero los datos de enero publicados por la Agencia Tributaria para las grandes empresas muestran una recuperación. La tendencia al alza de los indicadores de la industria no sería sostenible si las exportaciones fueran en sentido contrario. En resumen, el PIB parece haber empezado el año creciendo más de las dos décimas porcentuales que prevé el consenso de analistas.
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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).