El tono cada vez más expansivo que han imprimido los bancos centrales a sus políticas monetarias no está exento de riesgos ya que, además de generar una relajación en las condiciones financieras, ha elevado sustancialmente el peso de esas instituciones en algunos segmentos de los mercados financieros llevándolos a jugar un papel central que no les correspondería en periodos normales.
Durante el prolongado período de crecimiento con baja inflación que finalizó en 2007, la política monetaria parecía haber encontrado las dos claves de su contribución a la estabilidad macroeconómica: la estabilidad de precios y una actuación independiente con respecto a otras políticas.
La crisis económica y financiera ha puesto en cuestión ese consenso sobre la política monetaria de las economías avanzadas introduciendo cambios muy relevantes en su conducción. Entre ellos, la actuación de los principales bancos centrales, caracterizada por recortes inmediatos de los tipos de interés y operaciones extraordinarias de liquidez que, junto con medidas no convencionales de expansión cuantitativa, buscaban un aumento del gasto de los agentes o normalizar la transmisión de los impulsos monetarios.
Estas medidas dieron lugar a notables aumentos de los balances de los principales bancos centrales, tal como muestra el gráfico.
En él se aprecia una primera fase expansiva (de otoño de 2008 a finales de 2009) con el programa de Facilidades cuantitativas de la Reserva Federal (Fed), compra de deuda pública y empresarial por el Banco de Japón (BoJ), adquisición de deuda pública por el Banco de Inglaterra (BoE) y compra de bonos garantizados más la extensión de las operaciones de refinanciación a largo plazo (LTRO) por el BCE. Esta fase fue seguida de otra, también expansiva, que se inició en mayo de 2010 y que prácticamente se extiende hasta 2012 e incluso 2013. Además, algunos bancos centrales acompañaron estas actuaciones con la comunicación de previsiones de evolución futura de los tipos de interés (forward guidance).
En definitiva, una prolongación de esta etapa de condiciones monetarias expansivas mediante medidas no convencionales supone una mayor vulnerabilidad para la estabilidad financiera y dificultades adicionales para una eventual salida de esta situación, así como riesgos asociados a la misma.
Puedes leer el artículo completo “Las políticas monetarias de las economías avanzadas tras la crisis” de Pilar L’Hotellerie-Falois y Javier Vallés (2013) en el número 234 de Cuadernos de Información Económica.
(a) Term Auction Facility.
(b) Los depósitos mantenidos por el Tesoro en la Reserva Federal incluyen “US Treasury General Account” y “US Treasury supplementary financing account”.
(c) Incluye “reserve balances”, “clearing balances” y “excess balances”.
Fuentes: BCE, Bloomberg y Datastream.