La literatura científica respecto a la movilidad geográfica de los inmigrantes muestra que las personas nacidas en el extranjero tienden a ser más móviles que los nativos por sus peculiares características sociodemográficas cuando llegan al país receptor: una estructura por edad más joven que la población autóctona y unas opciones laborales y residenciales aún no consolidadas. Todas estas características influyen en su mayor movilidad, especialmente en los primeros años de residencia, a medida que su estancia se prolonga y se consolidan sus opciones laborales y residenciales, la movilidad decae en consonancia con la denominada teoría de la asimilación geográfica, que considera una convergencia con los comportamientos de la población receptora en materia de localización residencial y migraciones a medida que pasa el tiempo.
Los efectos de la inmigración sobre la movilidad geográfica en España han sido notables a lo largo de los últimos quince años y confirman lo establecido por la literatura científica internacional. Desde principios del siglo XXI, uno de cada cuatro cambios de municipio puede ser atribuido a los inmigrantes. El protagonismo de los movimientos de la población nacida en el extranjero en las migraciones internas ha permitido compensar la escasa movilidad de la población autóctona española, entre las más bajas de Europa. Quizás el aspecto más destacado de esta contribución es que los inmigrantes jóvenes, entre 20 y 34 años, han desempeñado una posición predominante en los movimientos migratorios de media y larga distancia, en los que han ido substituyendo paulatinamente el papel que otrora realizaban los autóctonos, garantizando las necesidades estacionales o cíclicas de los mercados laborales locales, especialmente en ámbitos como la agricultura, la construcción y la hostelería.
La aportación de la inmigración a la movilidad interna dibuja ha dibujado en el territorio nacional dos zonas de movilidad geográfica contrastada: una de baja movilidad, situada en el norte y noroeste de la península y otra de alta movilidad espacial localizada, esta última, en el este y centro del país cuyas diferencias territoriales se han ido diluyendo con el impacto de la crisis económica y el aumento de la estabilidad residencial de los inmigrantes que habitan esos lugares.
El protagonismo de los movimientos de la población nacida en el extranjero en las migraciones internas ha permitido compensar la escasa movilidad de la población autóctona española, entre las más bajas de Europa.
Los nacidos en el extranjero se caracterizan en España por una intensidad de la movilidad casi tres veces superior a la de la población autóctona y unas notables diferencias en función del país de procedencia. Mientras que la población originaria de la Unión Europea de los quince y los Países más Desarrollados muestra valores próximos a los de la población nacida en España, los africanos, latinoamericanos, originarios del resto de Europa y asiáticos presentan niveles mucho más elevados de movilidad. Además, se registran importantes diferencias de género en los indicadores demográficos de africanos y asiáticos frente al resto de grupos, entre los cuales las intensidades y patrones por edad son muy similares entre hombres y mujeres.
Nuevo modelo surgido de la crisis
El impacto de la crisis ha tenido también una clara manifestación diferencial según el país de nacimiento. La intensidad de los desplazamientos de la población autóctona no se vio afectada por la crisis en términos de intensidad. Por el contrario, todos los grupos de población nacida en el extranjero experimentan a partir del año 2008 una reducción significativa de su movilidad, con una desigual respuesta en la intensidad y género. En el ámbito territorial, aumentan los espacios de expulsión neta para autóctonos e inmigrantes aunque con una reducción significativa del volumen de los flujos implicados. El modelo espacial que emerge de la crisis no tiene ya nada en común con el de los años precedentes. Ahora, los intercambios netos se reducen a su mínima expresión y los espacios no muestran una continuidad geográfica con los dominantes antes de 2008. Tras la crisis se recupera ligeramente la movilidad interna de españoles y europeos y continua la caída de la movilidad de africanos, latinoamericanos y asiáticos, ahora a un ritmo menor que la registrada en los años de la crisis.
Los factores individuales que inciden en la migración entre provincias corroboran que la asimilación geográfica de los inmigrantes en España respecto a la migración interna están más próximos al modelo de asimilación segmentada, una vez controlados los efectos de todas las variables individuales contempladas en los modelos estadísticos construidos. Es decir, la aproximación al comportamiento de los autóctonos difiere según el país de origen. Así, las poblaciones procedentes de Europa y los países más desarrollados muestran una clara asimilación respecto a los autóctonos, en un tramo intermedio se localizan latinoamericanos y magrebíes, y con un comportamiento diferencial propio de la asimilación segmentada se encontrarían subsaharianos y asiáticos.
En resumen, los inmigrantes desempeñan un papel estructural en los desplazamientos migratorios en España a lo largo de todo el ciclo inmigratorio, especialmente en la movilidad de media y larga distancia; en materia de migración interna su asimilación geográfica es segmentada, es decir la respuesta migratoria después de una significativa duración de residencia varía considerablemente en función de los países de procedencia; la crisis económica ha reducido significativamente la intensidad de la movilidad geográfica de los inmigrantes y modificado sustancialmente el impacto de ésta sobre el territorio. Queda por ver cuál va a ser en los próximos años la evolución de estos desplazamientos, una vez se vayan atemperando los efectos perniciosos de la crisis sobre los mercados de trabajo y los diferentes sectores de la economía española.
Esta entrada es un resumen del artículo La consolidación de las migraciones internas de inmigrantes como factor estructural de la movilidad geográfica en España, publicado en el número 24 de Panorama Social. Puede acceder aquí al sumario y la descarga de la revista.