La crisis económica ha impulsado políticas de “reindustrialización” en muchas economías avanzadas con el objetivo más inmediato de crear puestos de trabajo de calidad y recuperar así parte del empleo perdido. El objetivo coyuntural de conseguir mayor peso de las actividades directamente relacionadas con la manufactura en el conjunto de la actividad económica, forma parte de un cierto consenso estructural alrededor de la idea de que la actividad manufacturera proporciona externalidades positivas en forma de más innovación, más internacionalización y más productividad que otros sectores económicos.
Los datos disponibles indican que entre 2000 y 2012 el VAB de la manufactura pierde 1,5 puntos porcentuales en el total del VAB de la economía mundial, siendo la pérdida algo mayor en los países más desarrollados que en los menos desarrollados. En el mismo periodo de tiempo, la cuota de mercado de la manufactura de la Unión Europea y de otros países desarrollados en el VAB de la manufactura mundial, desciende casi 22 puntos porcentuales, aunque en 2012 el VAB de los primeros aún representa el 62% del VAB de la manufactura mundial.
En España, el sector manufacturero experimenta uno de los mayores retrocesos en su peso relativo. Entre 1980 y 2000, el empleo manufacturero, en puestos de trabajo equivalentes de jornada completa, se mantiene estable alrededor de 2,5 millones de ocupados. Como el empleo en el resto de sectores crece en términos absolutos, en términos relativos el empleo manufacturero pasa de representar el 26% del total del empleo en la economía de mercado en 1980, al 22% en el año 2000. En los años ya dentro del euro —de fuerte expansión de la economía española, entre 2000 y 2007— el empleo manufacturero retrocede en números absolutos, pérdida que se acentúa en los años de crisis, de tal manera que en 2013 el empleo en la manufactura española está muy por debajo de los dos millones de ocupados y representa sólo el 15,2% del total de ocupados en la economía de mercado.
Examinando la evolución de la actividad manufacturera con un horizonte de largo plazo y bajo la perspectiva de economía cerrada, el peso relativo de la manufactura en el conjunto de la economía de mercado se analiza como resultado de la evolución de la demanda de bienes en relación a la demanda de servicios; de la evolución de los índices de precios relativos de bienes manufacturados frente al resto de bienes y servicios; y de la productividad de la manufactura frente a la del resto de sectores. Este examen pone de manifiesto que la pérdida de peso de la manufactura en el conjunto de la economía de mercado en España es el resultado de un crecimiento, en la parte del presupuesto de gasto en consumo destinado a bienes, menor que el crecimiento en la parte destinada al consumo de servicios; de una evolución de los niveles de precios de los bienes por debajo de la evolución de los precios de los servicios; y de un crecimiento, en la productividad aparente del trabajo en la manufactura, superior al crecimiento en el resto de sectores. En este sentido destaca que en los años después de la entrada en el euro, el crecimiento en la productividad del trabajo en la manufactura mantiene sus valores promedios históricos, mientras que la productividad en el resto de sectores se estanca, lo que explica la mayor parte del retroceso en el empleo relativo de la manufactura en España en los años previos a 2008.
En la pérdida de peso de la manufactura en la economía de mercado en España en los años más recientes han tenido más peso los factores relacionados con la (des)integración vertical que con una hipotética pérdida de competitividad
El análisis de la manufactura desde la perspectiva de una economía abierta tiene en cuenta que la producción manufacturera de un país incorpora productos intermedios procedentes del exterior a los que se incorpora valor añadido con servicios de capital y trabajo incorporados dentro del territorio nacional. Al mismo tiempo, la producción manufacturera nacional no tiene porqué igualarse con la demanda nacional de bienes pues parte de la demanda nacional se cubre con importaciones y parte de la producción nacional se exporta. Finalmente, el valor añadido incorporado a la producción manufacturera nacional puede verse afectado por el peso relativo de los servicios para la producción de bienes que se prestan las empresas manufactureras a si mismas, en comparación con los servicios que se proveen desde los sectores no manufactureros. En otras palabras, la economía abierta incorpora a la explicación del peso relativo de la manufactura en la economía de mercado en España consideraciones de competitividad y consideraciones de integración vertical que quedan fuera del análisis de economía cerrada. Desde esta perspectiva, se observa que, en la pérdida de peso de la manufactura en la economía de mercado en España en los años más recientes, han tenido más peso los factores relacionados con la (des)integración vertical que con una hipotética pérdida de competitividad.
;Esta entrada es una versión reducida y editada del artículo “La manufactura española en la economía de mercado: 1980-2013. Análisis y perspectivas”, publicado en el número 144 de PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA.