El proceso de internacionalización de la economía española desde los comienzos del euro, en el año 2000, se puede considerar en general satisfactorio. Entre los años 2000 y 2018, las exportaciones españolas, medidas en precios corrientes, han crecido en términos relativos prácticamente tanto como las alemanas, casi un 30% más que las italianas y más de 40% más que las francesas. De las cuatro grandes economías de eurozona, la española es la segunda con mayor grado de apertura a los mercados internaciones. El incremento en el grado de apertura de la economía española entre 2000 y 2018 se debe muy principalmente al aumento de las exportaciones, y solo marginalmente al incremento de las importaciones.
Con todo, persisten varios retos pendientes para la internacionalización de la economía y las empresas españolas. Uno de ellos es que el saldo comercial agregado positivo se debe todavía a los ingresos por turismo, siendo el saldo la balanza comercial de bienes crónicamente negativo (siendo, a su vez, parte de la causa del perenne déficit en productos energéticos).
«El incremento en el grado de apertura de la economía española entre 2000 y 2018 se debe muy principalmente al aumento de las exportaciones».
En cuanto a la estructura empresarial, se sigue constatando que en España las micro-empresas exportadoras (de menos de 10 empleados) generan tres veces más valor añadido del que generan las empresas de este tamaño en las otras grandes economías de la eurozona.
Gráfico 1
Fuente: Eurostat.
Finalmente, en los últimos trimestres se observa claramente una caída en las tasas de crecimiento real de exportaciones e importaciones.
Gráfico 2
Fuente: Contabilidad Nacional Trimestral de España (INE).
Estas debilidades de la internacionalización española ocurren cuando el proceso mismo globalización está en cuestión, en parte debido a medidas de tipo proteccionista que han tomado algunos estados o con las que han reaccionado otros a aquellas. Hay indicios que sugieren que el cambio de escenario puede ir más allá de un ajuste cíclico y es posible que el modelo de relaciones comerciales basadas en reglas conocidas y predecibles esté en crisis. Todo ello hace todavía más necesario el esfuerzo de modernización de las empresas españolas que se dedican a la internacionalización (superando retos antiguos pero también tratando de posicionarse adecuadamente en retos emergentes) y también más necesario el esfuerzo de coordinación de todos los agentes que dan apoyo a dicho proceso (no solo dentro del perímetro del sector público, sino también entre entidades públicas y privadas).
Esta entrada es un resumen del artículo La internacionalización de la economía española: evolución reciente y reformas pendientes, publicado en el número 273 de Cuadernos de Información Económica.