Tras la subida de una décima porcentual en diciembre de los precios de consumo, la inflación acumulada a lo largo de 2013, es decir, la tasa interanual del IPC en diciembre, se situó en el 0,3%. Esta es la tasa más baja con que acaba un año desde que se empezó a elaborar esta estadística a mediados de los años cincuenta del siglo pasado. La inflación media anual, que recoge el aumento del nivel medio de los precios en todo el año sobre el nivel medio del año anterior, fue del 1,4%. En este caso no es la cifra más baja, pero es la tercera después del 1,2% del lejano 1960 y del -0,3% del más cercano 2009.
La reducción de la inflación en diciembre respecto a diciembre de 2012 ha sido de 2,6 puntos porcentuales. No debemos confundir esto con que hayan bajado los precios en ese porcentaje. Los precios han subido (un 0,3%), pero mucho menos de lo que subieron el año anterior (un 2,9%). A esta reducción de la inflación han contribuido todos los grandes grupos de productos. Algo más de un tercio de dicho descenso se debe a los precios de la energía, sobre todo de la electricidad, cuya inflación cayó del 12,4% al final de 2012 al -3,7% al final de 2013. Un porcentaje similar del descenso se lo atribuye la inflación de los servicios, que se ha reducido del 2,2% a cero. Algo más del 20% de la reducción se debe a los bienes industriales no energéticos, que han terminado el año con una inflación negativa de -0,5%. El resto corresponde a los alimentos, cuya inflación en diciembre fue del 1,8%.
Las previsiones que presentamos hace un año en esta página de coyuntura ya nos indicaban que la inflación iba a disminuir significativamente a lo largo del año, pero en menor medida. El 2,9% con que acabó 2012 recogía varios efectos de medidas de política económica, entre otros, las subidas en julio de la parte del precio de los medicamentos que pagamos los consumidores, del IVA en septiembre y de las tasas universitarias en octubre, que habían hecho subir la inflación total en torno a 1,5 puntos porcentuales. De no repetirse tales efectos en 2013, los modelos predecían que al final del año la inflación se situaría en el 1,5% [gráfico superior izquierdo]. Al analizar en qué tipos de bienes y servicios se han producido las desviaciones respecto a la previsión, se observa que las mismas han sido generalizadas. No hay, por tanto, una causa concreta que hubiera estado fuera de los parámetros contemplados en las previsiones a la que culpar de dichas desviaciones. La desinflación ha sido genuina y mayor de la prevista. Llama la atención que la inflación de los servicios, el grupo históricamente más inflacionista y con mayor resistencia a moderar las subidas de precios, esté en torno a cero desde octubre, y que haya mostrado una de las mayores desviaciones respecto a lo previsto [gráfico superior izquierdo].
Fuentes: INE y Funcas (previsiones IPC). Gráficos elaborados por A. Laborda.
Pero, que los precios hayan subido menos que lo previsto no significa que ello no esté justificado. Precisamente alguna vez hemos comentado que, a la vista del comportamiento de los factores de coste, los precios de consumo deberían estar no sólo creciendo poco, sino descendiendo. El primero de estos factores son los costes laborales. En el gráfico inferior izquierdo podemos ver que desde 2010 los costes por unidad producida no dejan de caer, y a un ritmo significativo. Estos costes son más determinantes en un sector intensivo en mano de obra como los servicios. Durante 2013, además, los precios en euros del petróleo disminuyeron en torno a un 6% y los de las materias primas no energéticas, el doble. También se redujeron en más del 4% los precios de los productos terminados importados. Por el contrario, aumentaron los costes financieros y los de la amortización del capital físico. En un contexto de estancamiento o ligera caída de los salarios, el que la inflación de los precios de consumo esté cercana a cero no sólo no es un peligro, sino algo positivo.
Bajo las hipótesis de que no haya nuevas medidas de política económica que afecten de forma directa a los precios y de que las cotizaciones del petróleo, materias primas y tipo de cambio del euro no varíen significativamente respecto a los niveles actuales (escenario central), las previsiones apuntan a que la inflación se va a mantener por debajo del 1% todo este año [gráfico inferior derecho]. La tasa prevista para diciembre es del 0,7% y la media anual, del 0,5%. Esta última cifra sería la mitad de la prevista para la zona euro en su conjunto.
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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).