El precio de la electricidad en España ha superado en septiembre y octubre los 120 euros por MWh, muy por encima de su media de los últimos años y, también, de lo que se paga en otros países de nuestro entorno por el suministro eléctrico. La tarifa tiene dos componentes: una fija y otra variable que depende del precio del mercado mayorista. Este fija sus precios por el método del coste marginal, lo que implica que la última central que participa en la generación –por lo general, la más cara– marque el precio que se paga a todas las demás; por otro lado, la evolución del coste de las materias primas que buena parte de las centrales mencionadas emplean en la generación –gas natural y carbón– también ha sido al alza.