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La educación como generadora de talento

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Si sobre algo existe un consenso en España tras la recesión iniciada en 2007 es sobre la necesidad de transformar profundamente nuestra economía a la vista de los trágicos efectos que la crisis ha ejercido –sobre todo en el paisaje laboral– y como consecuencia de la incertidumbre y desconfianza que, a día de hoy, genera aún nuestra estructura productiva. La publicación Panorama Social, editada por Funcas, dedica su último número a una reflexión necesaria sobre este proceso de cambio ya iniciado hacia un nuevo modelo productivo, basado en la cualificación y adquisición de conocimientos, la innovación empresarial y el apoyo a la investigación, cuya meta final es la generación de empleo de calidad y de oportunidades para todos. A partir de hoy reseñaremos en este blog alguno de los artículos que componen esta publicación.

En esta imprescindible transición para el futuro del país, la educación y el modelo formativo han de ser objetos clave de consideración, y lo son en el artículo La educación como generadora de talento, firmado por el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, que abre la publicación.

Con el objetivo global de describir y caracterizar el escenario hacia el que la sociedad se encamina, Marina arranca su trabajo situando al lector en el momento histórico que atravesamos como sociedad, en la que el aprendizaje se muestra como factor clave que activa y hace posible el resto de elementos de la ecuación del éxito: la investigación, el desarrollo y la innovación. Tras dejar claro que el debate entre «capacidades innatas» y «capacidades adquiridas» ha quedado anacrónico y que ahora sabemos que la «expresión» del equipamiento genético con el que todos nacemos depende del entorno, el autor hace hincapié en la relevancia que por tanto adquiere, en este momento, la función educativa. Una función de la que todos participamos, de una u otra forma, y que está conformando una sociedad del aprendizaje que Marina caracteriza y describe con detalle.

“El talento es la inteligencia que elige bien las metas y gestiona información, emociones y acciones necesarias para conseguirlas; hablamos no de una capacidad, sino de un modo de actuar”.

A partir de ahí, Marina expone cómo esta sociedad se desempeñará en un nuevo escenario económico, basado en tecnología, alto valor añadido de los productos e infraestructura científica, que es designado con una expresión de nuevo cuño: economía del talento, entendiendo este como la capacidad de la inteligencia para resolver problemas complejos; de manera más precisa –dice el autor– el talento es la inteligencia que elige bien las metas y gestiona información, emociones y acciones necesarias para conseguirlas; hablamos no de una capacidad, sino de un modo de actuar. Esta economía del talento, propone Marina, debe articularse en tres grandes áreas: la generación de talento, su aprovechamiento y su mantenimiento.

El trabajo de Marina no solo define cada una de esas áreas, sino que además precisa algunas de sus propiedades. En primer lugar y de forma más pormenorizada, el autor se refiere al área de generación de talento, fijando tanto los sujetos implicados como los retos de cada etapa educativa, con un mayor énfasis en la educación secundaria. En esta área cobra para Marina una especial relevancia la identificación de las destrezas del siglo XXI necesarias para ir progresando, y dedica una parte sustancial de su análisis a una competencia, el factor E –también conocido como non cognitive skills o executive functions– que resultará esencial en la generación de talento.

En cuanto al aprovechamiento del talento, Marina se lamenta de la ruptura del contrato social que permitía a los jóvenes encaminar su vida mediante el acceso al trabajo, a la vivienda y a la constitución de un hogar, siendo sustituido por un modelo en el que la juventud es vista como un estado de transición, temporal, sin contrapartidas del esfuerzo desplegado. El autor propone tres soluciones (refuerzo de la orientación profesional, alineación de la generación y la demanda de talento y mejora de la intermediación entre oferta y demanda) y dedica unas interesantes líneas a considerar las tareas y los trabajos para los cuales se debe formar a los niños y jóvenes, dado el cambiante entorno laboral.

El artículo centra finalmente la atención en las actuaciones necesarias para el mantenimiento del talento, tarea sin la cual las fases previas pierden su sentido, y que Marina resume en la actitud de aprendizaje permanente, la reflexión metacognitiva y el pensamiento crítico.

La educación como generadora del talento es un artículo de José Antonio Marina para la revista Panorama Social. Puede descargar la revista completa aquí.

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