La economía he estado creciendo con un vigor inesperado. No obstante, todos los analistas que realizan previsiones para la economía española coinciden en que se avecinan turbulencias. Según la encuesta elaborada por Funcas, se anticipa un crecimiento del 2,3% para 2017, un resultado superior al de las otras grandes economías europeas. Pero la desaceleración es patente con respecto al crecimiento para este año, que los analistas estiman en un 3,1%. Así pues, la tasa de paro seguiría disminuyendo durante el 2017, pero a un ritmo cada vez menor.
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[*] Excluyendo las ayudas a entidades financieras. Fuentes: Funcas y OCDE
Lo cierto es que el entorno externo se ha deteriorado. El comercio internacional se ha estancado, una circunstancia especialmente desfavorable para la economía española dado el peso de las exportaciones en la recuperación. Los intercambios se resienten de la recesión que padecen varios países de América latina y del enfriamiento de la economía china, en pleno proceso de reestructuración y lastrada por la acumulación de créditos irrecuperables. Lo datos publicados esta semana sobre el sector exportador reflejan estas tendencias. En julio pasado, el volumen de exportaciones se contrajo en 7,6% con respecto a un año antes. En general, los organismos internacionales consideran poco probable que la economía mundial recupere las tasas de crecimiento observadas antes de la crisis del 2008.
Gráfico 2
Fuentes: Funcas y OCDE
Los analistas también prevén un encarecimiento progresivo del petróleo y de otras materias primas. Este proceso ya ha empezado a producirse y explica el ligero repunte de la inflación. El suplemento de renta generado por un petróleo barato se está agotando y se espera que llegue a su fin en 2017.
La economía europea muestras signos inquietantes de anemia y la OCDE, en sus últimas previsiones, espera una reducción de la tasa de crecimiento. La incapacidad para responder a la decisión del pueblo británico de salir de la Unión Europea y la situación preocupante de la banca italiana han creado nuevas turbulencias.
«La balanza por cuenta corriente arroja un importante superávit, que otorga un importante margen para el mantenimiento de un crecimiento elevado. Además, las empresas se encuentran en una situación financiera relativamente saneada que les permite investir. Su endeudamiento se ha reducido. El mantenimiento de la recuperación radica en cómo utilizar este espacio. El aprovechamiento del potencial inversor y de demanda mejoraría las perspectivas económicas y sociales».
El mantenimiento de la recuperación radica en cómo utilizar este espacio. El aprovechamiento del potencial inversor y de demanda mejoraría las perspectivas económicas y sociales
A ello se añade cierta incoherencia en las políticas económicas. Mientras que el Banco Central Europeo intenta estimular el crédito y la inversión mediante tipos de interés negativos y la compra de deuda pública y privada, las recomendaciones de la Comisión en materia presupuestaria siguen por una senda de austeridad. El propio Mario Draghi ha pedido un mayor protagonismo de la política presupuestaria y de reformas de fondo para activar la economía. Una advertencia parcialmente escuchada por el Presidente de la Comisión europea Jean-Claude Junker que ha anunciado un esfuerzo adicional en materia de inversión.
También existen factores internos de desaceleración. Los efectos de la reducción de impuestos sobre el crecimiento del consumo de los hogares se han agotado. Se espera un endurecimiento en el impuesto de sociedades, imprescindible para evitar un nuevo incumplimiento de los objetivos de déficit pactados con Bruselas para este año. Y se vaticina una fuerte desaceleración del consumo público, así como, de las inversiones en infraestructuras como consecuencia de la situación presupuestaria y de la probable prórroga de los presupuestos, fruto del bloqueo político.
Con todo, la desaceleración ocurre en un contexto favorable para la reducción de los principales desequilibrios que sufre el país, sobre todo en materia de empleo. Mientras que en épocas anteriores la recuperación se topaba con el déficit externo, en esta ocasión los ingresos en concepto de exportaciones y rentas superan ampliamente a los pagos. Es decir, la balanza por cuenta corriente arroja un importante superávit, que otorga un importante margen para el mantenimiento de un crecimiento elevado. Además, las empresas se encuentran en una situación financiera relativamente saneada que les permite investir. Su endeudamiento se ha reducido.
El mantenimiento de la recuperación radica en cómo utilizar este espacio. El aprovechamiento del potencial inversor y de demanda mejoraría las perspectivas económicas y sociales. La clave está en la buena utilización de la política presupuestaria junto con reformas que eleven la productividad e impulsen la participación en el mercado laboral.