La crisis económico financiera que ha sufrido Europa desde el año 2008 ha supuesto importantes retrocesos en muchos de los objetivos por los que la Unión Europea venía luchando en las últimas décadas y para los cuales se habían alcanzado significativas mejoras gracias, en gran medida, a la larga e intensa fase de expansión económica previa a dicha crisis.
Este retroceso ha obligado a la Unión Europea a diseñar una nueva estrategia de futuro. Como se justifica en el prefacio de la Estrategia Europa 2020, en el corto plazo los esfuerzos deben centrarse en la salida de la crisis, pero en el medio plazo, y cuando se recupere el crecimiento económico, Europa debe reorientar sus estrategias hacia un crecimiento inteligente, sostenible e integrador [Europa 2020, COM (2010) final].
La Comunidad Autónoma de Canarias es un claro ejemplo de lo sucedido en Europa en los últimos años y se identifica como una de las regiones europeas en las cuales indicadores como los del mercado laboral o los de pobreza y, en definitiva, los de calidad de vida de sus ciudadanos, han sufrido mayores retrocesos, en algunos casos con una intensidad muy superior a la recesión experimentada en la actividad económica.
«Nos encontramos en el momento adecuado para poner en marcha la filosofía a medio y largo plazo recogida en la Estrategia Europa 2020 y en el Programa Operativo Canarias FEDER 2014-2020, y diseñar cómo podemos utilizar el crecimiento económico para transformar la economía tradicional en una “economía inteligente, sostenible e integradora”».
El año 2014 la economía canaria sale de la recesión económica y los pronósticos que vaticinan la mayoría de las entidades que realizan previsiones económicas para las regiones españolas señalan que en los años 2015 y 2016 se mantendrá esta fase de expansión alcanzando niveles de crecimiento cercanos al 3 por 100 anual. Por tanto, nos encontramos en el momento adecuado para poner en marcha la filosofía a medio y largo plazo recogida en la Estrategia Europa 2020 y en el Programa Operativo Canarias FEDER 2014-2020, y diseñar cómo podemos utilizar el crecimiento económico para transformar la economía tradicional en una «economía inteligente, sostenible e integradora con niveles altos de empleo, de productividad y de integración social».
En este sentido, podemos resumir los retos de la economía canaria en los próximos años como sigue:
- Crecimiento inteligente: a partir de una economía que se base en el conocimiento y en la innovación. Para ello es primordial que la economía canaria se diversifique pasando de la actual hiperespecialización en el sector turístico a una economía que favorezca el desarrollo industrial ligado a los productos del sector primario, a las energías renovables y a la promoción de nuevos servicios basados en nuevas tecnologías. Un buen ejemplo es el comercio electrónico en donde hasta la fecha los empresarios y consumidores canarios están claramente fuera del mercado.
- Crecimiento sostenible: basado en un uso más eficiente de los recursos, apostando por un modelo económico verde y competitivo, aprovechando la situación geográfica privilegiada de las islas que las hacen idóneas para la utilización de las energías solar y eólica entre otras y exportando el saber hacer tecnológico para la implantación de las mismas energías en otros continentes como el africano.
- Crecimiento integrador: que consiga un alto porcentaje de empleo y mayor nivel de cohesión social y territorial. Para ello Canarias tendrá que reducir drásticamente su tasa de desempleo actual con medidas que favorezcan la incorporación al mercado laboral tanto de los jóvenes como de los mayores de 55 años y fomentar el uso de contratos a tiempo completo en detrimento de los de tiempo parcial. En este objetivo los esfuerzos formativos, sobre todo los dirigidos a la formación profesional de grado medio y a la actualización tecnológica de la mano de obra, se revelan como fundamentales para su consecución. Este esfuerzo formativo debe incluir a los principales creadores de empleo, los microempresarios, que deben ser también copartícipes en las tomas de decisiones, en la definición de estrategias, etc. Las instituciones públicas deberán favorecer el crecimiento, las colaboraciones y las uniones entre microempresas fomentando la creación de entidades de mayor dimensión que rompan con el actual techo de cristal y siendo, por tanto, potencialmente más productivas y más resistentes ante los impactos económicos negativos.
Por último, los datos demuestran que la crisis no afectó por igual a todos, que produjo un aumento de la brecha social que requiere de decisiones claras y explícitas que permitan su reducción y garanticen que el crecimiento económico que se espera para los próximos años se gestione de manera inteligente y sostenible y que permita alcanzar una sociedad más justa y altamente integrada.
Esta entrada es una adaptación del artículo «La economía canaria: análisis, consecuencias de la crisis y perspectivas», publicado en el número 148 de Papeles de Economía Española. Puede consultar los contenidos completos de la publicación aquí.