Están surgiendo indicios de que la Generación Z (los que tienen menos 28 años en 2025) ve el mundo de manera distinta a las generaciones anteriores. Cada vez hay más evidencias de que la tradicional brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes se ha invertido: en Estados Unidos, en buena parte de Europa y Asia, e incluso en algunos países de África, los hombres jóvenes tienden ahora a ubicarse más a la derecha que las mujeres.
En España, desde 2020 se observa un cambio relevante: si antes eran los mayores quienes se situaban más a la derecha, esa tendencia se ha desplazado (gráfico 1). Desde 2014, la distancia ideológica entre hombres y mujeres jóvenes ha crecido, debido en parte a un leve giro a la izquierda de las mujeres (que parece haberse detenido en 2024), pero sobre todo al giro a la derecha de los hombres. En 2024, los hombres jóvenes registraron una media de 5,4 en la escala de autoubicación ideológica (de 0 a 10, de izquierda a derecha), un punto completo por encima de las mujeres de la misma edad (4,4), alcanzando así la máxima distancia observada entre ambos grupos. Esta brecha ideológica de género se encuentra entre los jóvenes españoles, pero no en otros grupos de edad (gráfico 2).
Si ponemos a España en perspectiva comparada con los 19 países de la UE para los que hay datos en la Encuesta Social Europea (ESS) de 2023/2024, los hombres jóvenes españoles muestran posiciones algo más a la derecha (5,4 en la escala 0 a 10 en la que el 0 representa la izquierda y el 10 la derecha) que la media (5,1), y solo son superados por Polonia, Lituania, Eslovenia, Finlandia, Eslovaquia y Letonia. En cambio, las mujeres de la misma edad en España se sitúan por debajo de la media (4,4 frente a 4,6), lo que convierte al país en el octavo de los 19 en autoubicación ideológica a la izquierda de las mujeres jóvenes. La brecha ideológica en España es la sexta mayor de entre los países analizados (solo por detrás de Portugal, Suecia, Polonia, Finlandia y Bélgica). Hay únicamente cuatro países en los que las mujeres jóvenes son más de derechas que los hombres (Eslovaquia, Irlanda, Lituania y Chipre), y dos donde no se aprecian diferencias de género entre los jóvenes (Hungría y Letonia).
Si se mide la brecha atendiendo a la proporción de personas que se colocan en la derecha (posiciones 8-10 en la escala 0 a 10) (gráfico 3), los hombres jóvenes en España también superan la media de la UE (21% frente a 14%), mientras que las mujeres jóvenes españolas se mantienen próximas a ella (11% frente a 9%).
Según los datos de la ESS, en 2024 las percepciones sobre la desventaja de las mujeres en el mercado laboral dividen notablemente a hombres y mujeres jóvenes en España y en otros países (gráfico 4). En España, un 32% de los hombres jóvenes cree que las mujeres son tratadas peor que los hombres en el mercado laboral (por debajo de la media de la UE, del 40%), mientras que un 73% de las mujeres jóvenes comparte esa opinión (muy por encima de la media del 63%).
Por el contrario, hombres y mujeres jóvenes tienen visiones muy similares en otros temas habitualmente moldeados por sesgos ideológicos (gráficos 5a-5c). Así, respecto a la afirmación de que gays y lesbianas deben ser libres para vivir como quieran, el 91% de los hombres jóvenes y el 93% de las mujeres jóvenes están de acuerdo. De hecho, este respaldo mayoritario convierte a la juventud española en la menos homófoba de todos los países del estudio, claramente por encima de la media europea (84% y 91%). Tampoco se aprecian diferencias relevantes en cuanto a la inmigración. En una escala de 0 a 10 (donde 0 significa que la inmigración empeora la vida en España y 10 que la mejora), los hombres jóvenes españoles registran una media de 5,6 y las mujeres de 6,3, valores cercanos o superiores a las medias europeas correspondientes (5,6 y 5,8). Un último ejemplo lo ofrece la percepción sobre el cambio climático: el 49% de los hombres jóvenes y el 55% de las mujeres jóvenes en España creen que se debe principalmente a la actividad humana.
Las explicaciones más debatidas sobre la brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes apuntan en tres direcciones. En primer lugar, un posible efecto de reacción antifeminista entre algunos hombres jóvenes frente a los avances en igualdad de género y a movimientos como el de #MeToo. En segundo lugar, los efectos indirectos de la expansión educativa, que ha mejorado de forma significativa las oportunidades de las mujeres mientras que muchos hombres, especialmente aquellos con menor nivel educativo, han visto ganancias más limitadas. En tercer lugar, la influencia de las redes sociales, donde los debates polarizados sobre feminismo e igualdad pueden alimentar entre algunos hombres la percepción de que los progresos de las mujeres se producen a costa de ellos, reforzando una interpretación de las relaciones de género en clave de suma cero.
El caso español se inserta en esta tendencia internacional de polarización de género, ya que la distancia en la autoubicación ideológica entre hombres y mujeres jóvenes ha alcanzado un nivel sin precedentes. No obstante, el análisis también muestra que esta división se concentra casi exclusivamente en las percepciones sobre la desventaja de las mujeres en el mercado laboral, mientras que en otros temas habitualmente asociados al sesgo ideológico —como los derechos de gays y lesbianas, la inmigración o el cambio climático— la brecha de actitudes entre hombres y mujeres jóvenes en España es muy reducida.
Más información en el número de septiembre de 2025 de Focus on Spanish Society.