El desarrollo de las tecnologías de la comunicación como internet y la creación de canales de pago seguro permiten a las empresas digitales realizar sus operaciones económicas en múltiples territorios. De este modo, las compañías eligen tributar en países con impuestos sobre sociedades reducidos y sin gravámenes adicionales en el momento en que transfieren las rentas al extranjero, en los que sitúan la sede social y fiscal, en perjuicio de los territorios en los que realizan su actividad y sus ventas. En el video se explican las distintas propuestas que se realizan en el ámbito de la UE para corregir esta situación.