En un contexto como el actual, en el cual las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) extienden progresivamente su presencia en nuestra vida cotidiana, existe también el riesgo de que los colectivos con menor acceso a ellas o menos hábiles en su manejo sufran importantes desventajas en términos de participación social, política, económica o cultural. Asimismo, este desarrollo de las TIC, junto con la deslocalización productiva y la creciente automatización de tareas rutinarias, están poniendo en peligro algunos puestos de trabajo y generando una mayor demanda de profesionales con alta cualificación, especialmente de aquellos con competencias informáticas.
Este artículo plantea un análisis panorámico de estos asuntos desde una perspectiva de género. Este factor elemental en la estructuración de nuestras sociedades ha tenido un papel histórico en el desarrollo de las tecnologías y de las relaciones en torno a ellas, habiendo quedado las mujeres habitualmente excluidas de su utilización, diseño y control. Por tanto, resulta pertinente investigar cuál ha sido la evolución reciente en el campo de las tecnologías digitales y cuáles son las perspectivas que se divisan hacia el futuro. Para abordar estas cuestiones, este trabajo realiza una revisión de la literatura principal en este ámbito y una exploración de los datos que ofrecen distintas fuentes estadísticas (tanto a nivel nacional, como de la Unión Europea y la OCDE).
Los resultados muestran que existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en el uso personal de las TIC. A pesar de reducirse en indicadores de acceso básico y uso regular, las distancias se acentúan o persisten en algunos aspectos clave como las habilidades digitales más complejas o determinadas actividades en línea. Hay que destacar asimismo que, en estos distintos niveles de la brecha digital, España muestra unos grados de desigualdad de género habitualmente menores que los de la media de la UE, aunque siguen siendo significativos en muchos aspectos.
«Las diferencias de desempeño en torno a las TIC entre chicos y chicas jóvenes no son tan importantes como las que muestran sus hábitos y actitudes».
Mientras las brechas en uso personal son matizables y requieren un análisis dinámico y multidimensional más profundo, las disparidades parecen más claras respecto a la presencia de hombres y mujeres tanto en el sector TIC como en profesiones especializadas en estas tecnologías. Los datos de Eurostat indican una infrarrepresentación femenina muy acusada y persistente en estos ámbitos cruciales para el desarrollo económico y social de los próximos años. Concretamente, a pesar de que la participación de las mujeres en la fuerza laboral total ha aumentado, su presencia relativa en el sector ha disminuido: en España, ha caído cuatro puntos porcentuales desde 2008 hasta el 30% en 2015; en la UE, ha bajado casi tres puntos porcentuales en el mismo periodo, hasta también el 30% en 2015. En cuanto a las personas ocupadas que se consideran “especialistas TIC”, el porcentaje de mujeres es todavía menor y también ha decrecido recientemente: en España, las mujeres representaban en 2015 un 17% de estas ocupaciones, lo que supone una caída de casi cinco puntos desde 2008; en la UE, el porcentaje en 2015 fue un 16%, seis puntos inferior que en 2008.
«Lo que en ningún caso creemos que habría que dar por sentado es que estas brechas de género tenderán a corregirse por sí solas con el simple reemplazo generacional».
Ante esta situación cabe preguntarse cuál será la tendencia en el futuro con la incorporación de las nuevas generaciones. Para responder a este punto se han revisado los informes de la OCDE sobre las pruebas PISA, así como otros estudios paradigmáticos sobre estos temas. De ellos se deriva que las diferencias de desempeño entre chicos y chicas jóvenes no son tan importantes como las que muestran sus hábitos y actitudes. Los chicos desarrollan más actividades de ocio y entretenimiento en torno a las TIC (sobre todo, con los videojuegos), lo que les reporta una mayor familiaridad y confianza a la hora de tratar con ellas, además de un mayor interés por las profesiones relacionadas. Por el contrario, las chicas muestran una menor confianza hacia sus propias habilidades digitales, particularmente en aquellas que podríamos considerar como avanzadas, y un menor interés por las carreras TIC. Es probable que muchos de estos fenómenos tengan relación con estereotipos de género muy generalizados.
Estas diferencias entre chicos y chicas jóvenes a veces no son tan marcadas en España como en otros países, lo que puede deberse a particularidades del caso español, como es el abandono escolar temprano de muchos chicos. No obstante, la infrarrepresentación de mujeres en los estudios más relacionados con las TIC sí es tan acusada en nuestro país como en la mayoría de su entorno. Al mismo tiempo, las expectativas laborales y los estereotipos expresados por los y las estudiantes de secundaria no indican que se vaya a producir un cambio inminente en esta cuestión. Por ejemplo, según datos del informe PISA 2015 para el caso de España, la opción “trabajar en profesiones TIC” fue señalada como preferida por un 6,5% de chicos frente a un 0,7% de chicas (en términos relativos supone una probabilidad de ellos 9 veces superior a la de ellas). Por último, tampoco se divisa una transformación en cuanto a las tareas informáticas complejas y a la valoración de sus propias habilidades digitales, ya que las chicas jóvenes españolas siguen apareciendo en desventaja respecto a sus pares.
Las instituciones públicas europeas y españolas han manifestado su preocupación por esta escasez de mujeres en el sector TIC y las profesiones con especialización en habilidades digitales. Sin embargo, no parece que hayan abordado con suficiente atención los puntos que destacaríamos como cruciales para modificar la situación: el impulso de la confianza de las chicas (sin olvidar las necesidades de apoyo a los chicos en ciertos aspectos), el cambio de los estereotipos predominantes y la mejora del entorno laboral y empresarial. Pensamos, por tanto, que deberían considerar estas cuestiones y diseñar actuaciones integrales orientadas hacia la superación de los obstáculos identificados. Lo que en ningún caso creemos que habría que dar por sentado es que estas brechas de género tenderán a corregirse por sí solas con el simple reemplazo generacional.
Esta entrada es un resumen del artículo La brecha digital de género y la escasez de mujeres en las profesiones TIC, publicado en el número 25 de Panorama Social. Puede acceder aquí al sumario y la descarga de la revista.