La industria bancaria está en transformación porque tiene que ajustarse a la demanda y buscar nuevas vías de rentabilidad. El fintech –como conjunto de tecnologías financieras ligadas a la digitalización– es parte de esa transformación, en el sentido tecnológico pero se está interpretando, tal vez, de forma errónea. En primer lugar, no es algo en puridad nuevo, viene ya desarrollándose desde la década de 1980 con las tecnologías de pagos e informáticas, luego en los 90 con el uso de internet y el móvil y en el siglo XXI con la “democratización” tecnológica que impone la digitalización y las redes sociales.