Stephen Hawking ha formulado una hipótesis que pretende conciliar la aparente incompatibilidad de la relatividad general y de la mecánica cuántica. La economía, muy lejos de la exactitud de las leyes físicas, intenta también en muchas ocasiones conciliar teorías y recuperar los eslabones perdidos. En cierto modo, así ha discurrido este año la famosa reunión que periódicamente organiza la Kansas Fed en Jackson Hole (Wyoming, EE UU). La cuestión es que la aparente normalidad de la curva de Phillips de que la reducción del paro debe ir acompañada de presiones inflacionistas parecía haberse perdido en algún agujero negro. Mientras se dilucidan sus leyes, la estabilidad económica internacional parece estar otra vez en cuestión.
El tema de discusión en Jackson Hole ha sido la dinámica de la inflación y la política monetaria. Y, no se engañen, no se ha encontrado el extraviado eslabón, pero se han aportado algunas ideas de gran interés. Intrigados han estado muchos economistas por saber por qué en medio de la llamada Gran Recesión no se produjo la tan temida deflación y, en su lugar, se ha vivido (y vive) una relativa desinflación. Menos se explican, aún, por qué aún estamos esperando el glorioso retorno de los precios al alza en economías que, como Estados Unidos o España, crecen holgadamente. La microeconomía tiene mucho que decir y la situación financiera —muchas veces olvidada en los modelos de equilibrio general tan a gusto de los bancos centrales— también. Así, se sugiere que durante la recesión, muchas empresas con dificultad de acceso al crédito pero con cierto poder de mercado, subieron sus márgenes e impulsaron la inflación o, al menos, esquivaron la deflación. Se ha sugerido también que los modelos de equilibrio general empleados por los economistas han tenido cierto éxito durante la década de 1990 y parte del nuevo siglo por tratarse de una etapa de “normalización” pero han demostrado una reducida capacidad predictiva y no sirven para explicar el “nuevo normal” que no es otra cosa que la irregularidad y la complejidad del mercado global.
Todos parecen coincidir en que una nueva etapa de normalización y tranquilidad está lejos, entre otras cosas porque aún no hemos deshecho un enorme experimento de expansión monetaria que es todo lo que se quiera menos normal
La noticia en Jackson Hole fue la ausencia de Janet Yellen y Mario Draghi, máximos representantes de la Reserva Federal y Banco Central Europeo, respectivamente. Quizás sea una muestra de que el foro deje de ser lo que ha sido o más bien signifique que no estaba el horno para bollos y que cualquier mensaje podría haber causado sobrerreacción en los mercados. Pero otros representantes como Mark Carney (Banco de Inglaterra) o Stanley Fisher (Reserva Federal) dejaron caer mensajes que sugieren que tanto en Reino Unido como en Estados Unidos subirán los tipos porque se hace política monetaria para sus países y no para China. Cada uno a la suya. También se dio a entender que el BCE considera que su actual política expansiva es suficientemente exitosa. Todos parecen coincidir en algo a medio camino entre la inquietud y la aceptación: una nueva etapa de normalización y tranquilidad está lejos, entre otras cosas porque aún no hemos deshecho un enorme experimento de expansión monetaria que es todo lo que se quiera menos normal.