Las primeras semanas de cada mes suelen concentrar la publicación de numerosos e importantes indicadores de coyuntura, entre ellos, las afiliaciones a la seguridad social y el paro registrado en las oficinas públicas de empleo. Sin excepción, los datos conocidos esta semana confirman el momento de expansión por el que atraviesa la economía española, tal como adelantó el INE en el avance del crecimiento del PIB en el primer trimestre, que estimó en nueve décimas porcentuales, dos más que el del trimestre anterior. Es más, analizando las tendencias y a la vista de los primeros datos de abril, puede preverse con una elevada probabilidad que en el segundo trimestre el crecimiento superará en una o dos décimas al del primero. Si fuese así, el avance para el conjunto del año podría superar el 3%. También es verdad que la coyuntura tiene siempre un punto de volatilidad y que tras periodos de datos buenos suelen venir otros regulares. Lo importante es la tendencia y ello requiere analizar las cifras con una cierta perspectiva temporal, sin atribuir demasiada importancia a los últimos datos.
Las afiliaciones a la Seguridad Social aumentaron en 175.500 en abril. Como es conocido, este es un mes muy favorable estacionalmente para la creación de empleo. Ahora bien, este aumento es notablemente superior al que se produjo en abril del pasado año (133.765) y de los siete anteriores al inicio de la crisis (110.200 en media), cuando la economía crecía entre el tres y el cuatro por ciento anual. La cifra desestacionalizada se reduce a la mitad, pero sigue siendo muy elevada. En parte, la diferencia con el mismo mes del pasado año se explica por el aumento de las afiliaciones en el sector agrario, que vienen registrando oscilaciones muy acusadas en función de la cambiante meteorología. También se viene observando un notable aumento (cabe pensar que transitorio) de las afiliaciones en el sector público, sin duda relacionadas con la proximidad de las elecciones locales y autonómicas. Pero, aún excluyendo estos dos sectores, el aumento fue de 145.900 en cifras originales y de 51.000 corregidas de estacionalidad, superando también notablemente a las del mismo mes del pasado año. La media de los tres últimos meses de los datos desestacionalizados da un crecimiento anualizado cercano al 5% respecto a los tres meses precedentes, tanto para el total de afiliaciones como para el sector privado no agrario (gráfico 1). Este ritmo, que se ha acelerado en los últimos meses, es superior al crecimiento del PIB.
GRÁFICO 1
Por grandes sectores productivos, destaca el fuerte y acelerado crecimiento de las afiliaciones a la construcción (9% anualizado los tres últimos meses sobre los tres precedentes), lo que tiene mucho que ver con el ciclo electoral. Lo mismo se puede decir del crecimiento (5,3% en los mismos términos) de los servicios de no mercado (sector público). Ello hace pensar que el aumento de las afiliaciones se desacelerará a partir de junio. No obstante, también son notables los crecimientos del 5,1% en los servicios de mercado y del 3,6% en la industria (gráfico 2). La recuperación de la actividad en este último sector también se confirma con los datos de tres indicadores publicados esta semana: el índice de producción industrial y las ventas de las grandes empresas industriales, ambos de marzo, y el PMI manufacturero de abril. Los dos primeros muestran un notable impulso en el primer trimestre del año tras el bache registrado en la segunda mitad de 2014 (gráfico 3).
GRÁFICO 2
GRÁFICO 3
En consonancia con el ritmo tendencial de aumento del empleo y de los factores estacionales favorables, las oficinas de empleo contabilizaron casi 119.000 parados menos en abril. En términos desestacionalizados el descenso fue de unos 50.000. Al igual que las afiliaciones, el ritmo de reducción del paro también se ha acelerado en los últimos meses, como se ve en el gráfico 4. La tendencia es, por tanto, buena, pero se vienen acrecentando algunos problemas graves: cada vez hay más parados sin prestaciones (la tasa de cobertura ha bajado hasta el 55%) y siguen aumentando los parados de larga duración. Una cuarta parte de los 5.610.400 parados estimados por la EPA en 2014 llevaba más de tres años en paro y, de ellos, casi la mitad son mayores de 45 años (670.000 personas). Este numeroso colectivo es de difícil recuperación si no se adopta un plan específico para ellos. Aquí la intervención del Gobierno se hace necesaria, pues las solas fuerzas del mercado difícilmente solucionarán el problema.
GRÁFICO 4
(1) Sin empleados del hogar y cuidadores no profesionales
Fuentes: M. de Empleo, INE, AEAT, Markit Economics Ltd y Funcas. Gráficos elaborados por A. Laborda.