La tecnología está cambiando la naturaleza del trabajo, de manera que los viejos empleos están siendo sustituidos por nuevas ocupaciones. Además, a ambos lados del Atlántico se registra un deterioro de las condiciones laborales. Para afrontar este reto, Paul Osterman, profesor de MIT Management Sloan School, apuesta por poner el acento en tres áreas: una regulación razonable del mercado laboral, un mayor esfuerzo en la formación y en la educación –de manera que los trabajadores adquieran las competencias necesarias para desempeñarse en esta nueva realidad– y un compromiso por parte de las empresas por mejorar la calidad de los empleos.