Pese a la recuperación económica actual, la mitad de los parados en España hoy lo son de larga duración, es decir, que llevan más de un año en el paro, de los cuales el 40 por 100 son mayores de 45 años. En este trabajo presentamos estimaciones de los determinantes de las transiciones entre el paro y el empleo de este colectivo, con datos individuales de la Muestra Continua de Vidas Laborales entre 2008 y 2016.
Nuestro principal objetivo es investigar en qué medida los parados experimentan una auténtica caída de su tasa de salida al empleo con la duración del paro, una vez se consideran sus características personales y profesionales. La principal novedad de nuestro análisis es incluir entre estos determinantes variables como la proporción del tiempo de empleo desde su entrada al mercado laboral, la duración media de los episodios de empleo, el número de sectores en que se ha trabajado y la duración, el sector y el tipo de contrato del último empleo.
«Cuatro de cada diez parados mayores de 45 años siguen estándolo a los doce meses y que solo una quinta parte de ellos encuentra empleo el segundo año».
Una vez se tienen en cuenta estos elementos, se encuentra que cuatro de cada diez parados mayores de 45 años siguen estándolo a los doce meses y que solo una quinta parte de ellos encuentra empleo el segundo año. Se confirma así que la edad actúa como una barrera sustancial al reempleo. Sin embargo, hay grandes diferencias en el riesgo de paro de larga duración en función de las características individuales y del historial laboral previo.
Así, el tipo del último contrato previo a la crisis no solo afecta a la probabilidad de entrar en el paro sino también a las posteriores tasas de salida del paro. Esta variable, junto con otros aspectos del historial previo, capta una buena parte de la heterogeneidad en las características observables e inobservables entre los individuos de nuestra muestra. Calculamos que estas variables podrían explicar diferencias de hasta 20 puntos porcentuales en el riesgo de caer en el paro de larga duración, aproximadamente la mitad del riesgo medio de los individuos analizados.
Nuestras estimaciones indican que es primordial distinguir entre los mayores que fueron víctimas de la crisis y entraron en el paro por razones ajenas a su perfil y aquellos que incluso antes de la crisis tenían ya una carrera inestable, con frecuentes interrupciones del empleo, contratos temporales y numerosos cambios de sector. No tener en cuenta esta diferencia sesga la estimación del impacto de la duración en las tasas de salida.
Nuestra principal conclusión es que considerar el impacto del historial laboral es clave para diseñar medidas eficaces para combatir el paro de larga duración entre los mayores de 45 años. Estos constituyen un grupo prioritario en casi todos los programas de reinserción de parados de larga duración. Sin embargo, la evidencia disponible indica que el éxito de estos programas depende de la capacidad de ofrecerles una atención individualizada e intensiva durante periodos largos. Lamentablemente, en el caso de España esta capacidad es muy limitada, tanto por las restricciones presupuestarias como por la escasa eficiencia de los servicios públicos de empleo.
Más información en el artículo ‘El paro de larga duración de los mayores de 45 años’, publicado en Papeles de Economía Española, número 156